Verónica Langer y sus Clases de Historia: impresiones hacia el Ariel

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Charla rumbo al Ariel. La actriz compartió su experiencia en la cinta “Clases de Historia”, y visión sobre la participación femenina en el cine mexicano; lo anterior, estando nominada por sexta ocasión al galardón.

Como cada año, el cine mexicano se reúne para mirar en retrospectiva los logros cinematográficos. Aunque en la celebración suele presentarse un momento de reflexión ante las inconsistencias y torpezas del sistema cultural, esto no disminuye completamente los ánimos de festejo -por el contrario- normalmente presenta una oportunidad para superar las historias presentadas. Este año, al igual que en otras disciplinas artísticas, el cine ha sido sometido a los infortunios del destino, y la pandemia por Covid-19 puso a prueba el ingenio de los amantes del séptimo arte tanto para producir, distribuir y exhibir sus creaciones; aunque las restricciones mermaron el ritmo alcanzado, el cine mexicano no se detiene.

La 62ª entrega del Ariel, adaptándose a la no tan normal-normalidad se llevará a cabo de manera digital, teniendo en sus manos un gran reto a nivel de planeación y conexión -a distancia- con el público asiduo del cine. Los nominados ya han sido revelados, y en la categoría de Mejor Actriz es fácil reconocer aquellos nombres que se presentan: Edwarda Gurrola, Mariana Treviño, Cassandra Ciangherotti, Giovanna Zacarías y Verónica Langer.

Ésta última goza de un reconocimiento especial ante los ojos de la crítica y el público mexicano; ya sea como una ama de casa atormentada por una obsesión hacia su trabajadora doméstica en Hilda (2014); envuelta en el México de 1955 con Miroslava (1993); simulando un viaje familiar a Italia en El viaje de la Nonna (2007); desacatando la monotonía conyugal en La Caridad (2015); o bien, descubriendo cómicamente el negocio del hotline en Soy tu fan (2010).

Diversas son las mujeres a las que Langer ha dado viva. Una de ellas, una maestra de Historia cuyo cáncer ha sido detectado de manera tardía, Verónica -personaje con el cual comparte nombre- está desencantada de la vida mientras se mantiene prisionera en un matrimonio muerto. Ante la realidad oprimente, su ajenidad se transforma con la llegada de la estudiante Eva (Renata Vaca), cuya relación con un comienzo difícil e incluso agresivo torna a convertirse en una complicidad e intimidad no experimentada hasta ese momento.

La actriz compartió que el director Marcelino Islas Hernández se ha interesado por la psicología femenina en las cintas Martha (2010), La caridad (2015) y Clases de Historia (2018). Casi siempre, con mujeres mayores como protagonistas cuyas historias presentan situaciones cotidianas, “similar al personaje de La Caridad, es una mujer que está desgastada, su vida no tiene mayor interés”, explicó Langer.

A la par del proceso actoral, ella y el cineasta comentaron el guion, haciendo aportaciones o sugerencias. El personaje, que expresamente fue escrito pensando en Langer, -como resultado de la mancuerna laboral que han formado- lo conocía detalladamente desde el inicio de la filmación.

“No sólo fue un guion que lees y haces el esfuerzo por meterte al universo del director, aquí ya venía casi dado porque lo veníamos trabajando juntos», confesó Langer. La temática de enfermedad -específicamente el cáncer- que ronda al personaje de Verónica, contrario a lo pensado no la torna en un cliché sentimental. A lo largo del filme, la maestra sufre un significativo arco de personaje que no se regodea en su padecimiento, pero se soporta en las lagunas que no detallan más allá de lo necesario.

«El hecho que estuviera enferma no es el foco de la historia, hubo un trabajo para no hacerlo melodramático. Por otra parte, fue la manera en la que yo decidí hacerlo en la parte actoral», explicó la actriz.

Clases de Historia ahonda en una relación con altibajos. Verónica y Eva encuentran en «la otra» aquello de lo que carecen emocionalmente. Pero esta nueva amistad no permite ser catalogada, dejando en la ambigüedad la naturaleza de amistad erótica presentada; la actriz describió a su personaje como una mujer convencional que elige el camino de casarse y tener hijos. No pretende arriesgarse hasta que se topa con el final de su vida. Señaló que lo importante “es el encuentro a nivel del alma y no físico.

«Las diferencias de edades se borran y son dos humanos que encuentran en el universo a su alma gemela de manera insólita”, rememora la experimentada actriz.

Respecto a la temática queer, la cinta ha sido invitada a festivales de esta índole en Hamburgo, Múnich y San Francisco, donde había un interés especial por el tema de la relación y el tratamiento dado en ella.

Ante los convencionalismos de los roles que las actrices protagonizan, la película representó un desafío actoral para Verónica Langer. Acostumbrados a tramas con personajes supeditados al rol de madre que no cuentan nada especial, la actriz confesó que más allá del protagónico “lo que quiere uno como actor, es un personaje que traiga una historia detrás. Cuando los guionistas logran que los personajes no principales tengan también vida propia, todo se vuelve más interesante”. Citó a Stanislavski, al recalcar que no hay papeles pequeños, pero actores pequeños; por lo que las historias retratadas en pantalla necesitan reflejar a distintos tipos de mujeres.

Langer recordó su trayectoria en el cine nacional, refiriéndose a sus inicios como “tardíos” pero entrando con el pie derecho a la industria a partir de los cuarenta. Explicó la dificultad que es tener protagónicos con una naturaleza compleja. “Son garbanzos de a libra, pero estoy lista para lo que venga”. Entrando de lleno a la conversación y sobre todo al terreno de la mujer en el cine mexicano, la actriz habló sobre la relevancia de poner énfasis en la vida femenina, detalló sobre la existente idea errónea de la mujer que es madre, “se piensa que la mujer que cumplió su ciclo biológico no es interesante ni atractiva físicamente […] Me parece una visión incorrecta, políticamente irreal”.

Es posible contar la existencia de vidas interesantes. Langer lo ejemplificó con la cinta Los Adioses que profundiza en la vida de Rosario Castellanos, y con la serie estadounidense Grace and Frankie cuyo hilo narrativo cómico no deja atrás una conversación sobre la sexualidad femenina después de los setenta años. “A mi me parece interesante que se hable de eso, se ha diversificado tanto que podemos contar muchas historias”, recalcó.

Verónica Langer percibe con orgullo las circunstancias cambiantes y el avance femenino en el cine, describiéndolo como un proceso que lleva ya largo tiempo y no tiene vuelta atrás. «La cinematografía en todos sus aspectos tiene que ser de calidad. Catalogar como ‘cine de mujeres’ me parece limitante. No debe ser por una cuota de género, creo que es forzado”, sentenció.

La actriz compartió su deseo por explorar distintos papeles tanto en el teatro como en el cine, explicó que las historias de mujeres abundan y pueden abordarse desde ángulos como el trabajo, la familia, sexualidad o relaciones de pareja, “Pero que sean interesantes y complejos. Ya los clichés no me interesan.”

El próximo domingo 20 de Septiembre, la actriz se presentará virtualmente en la ceremonia del Ariel, ante su sexta nominación. Con una trayectoria repleta de éxitos, mencionó que esta sexta nominación por un lado no deja de ser una sorpresa, así como una enorme alegría. Sonrió al hablar de ello, y saber que fue nominada por sus pares actorales. En sus palabras, la carrera es complicada y con momentos de bajón, “sentir que vas bien y que a la gente le gusta, es estimulante, profesionalmente es un empujoncito.”

Con el inminente final de la entrevista, lancé una pregunta final a Verónica Langer. Deseaba conocer su opinión respecto a aquellas entusiastas del cine, como ella misma. A su parecer debemos celebrar quienes somos, y los lugares obtenidos en la industria.

«Esperemos y el cine sea una gotita más, para lograr los cambios que urgen en nuestra sociedad”, profundizó langer.

Y tal como la actriz mencionó a lo largo de la entrevista, el cine debe convertirse en un reflejo de la inmensidad de cientos, o quizás miles, de vidas que valen la pena contar; la época de guiones y personajes sin trascendencia debe abandonarse con urgencia.

Desde la redacción, le deseamos una grata ceremonia a la actriz.