Una de las celebraciones más esperadas por los niños alrededor del mundo es el Halloween, que convierten en la ocasión perfecta para tomar una licencia y poder aumentar su consumo de dulces, sin embargo, hacerlo podría tener implicaciones en su salud.
Cada 31 de octubre, millones de niños salen a pedir dulces a la calle. A lo largo de los últimos años, la Organización Mundial de la Salud ha reportado incrementos en los casos de malestares gastrointestinales asociados al consumo excesivo golosinas.
Este organismo internacional recomienda que el aporte calórico proveniente de las azúcares a la dieta diaria, esté por debajo del 5%, que equivale a menos de un vaso de 250ml de bebida azucarada, sin embargo, en la mayoría de los casos, este consumo se excede, pudiendo derivar en malestares como náuseas, vómito, diarrea y dolor abdominal a corto y enfermedades derivadas de la ingesta excesiva de azúcar como la obesidad y la diabetes a largo plazo.
Además, es fundamental considerar que México se encuentra en los primeros lugares de obesidad y diabetes infantil, lo cual ha derivado incluso, en la propuesta y aprobación de un etiquetado frontal en alimentos y bebidas que informe con claridad el contenido de estos.
Por lo anterior, es necesario que el consumo de dulces en los niños se de de manera moderada, sin importar la época del año y, sobre todo, fomentar en ellos la cultura de la sana alimentación y los buenos hábitos de alimentación e hidratación para garantizar su salud en la etapa infantil y también en la vida adulta.
