El pasado viernes, se dio a conocer la noticia del fallecimiento de la joven futbolista del Club América Diana González, quien murió a los 26 años de edad debido a una hipoglucemia o descompensación de glucosa, provocada por la diabetes tipo 1, enfermedad que padecía Diana, al igual que millones de mexicanos.
Los síntomas de la hipoglucemia pueden variar en las personas, pero generalmente se manifiestan a través de hambre, temblores, mareos, confusión, fatiga, piel pálida, irritabilidad, sensación de ansiedad o debilidad; aunque muchas veces, la falta de glucosa en la sangre no presenta ninguno de los anteriores, de ahí, lo riesgosa que puede llegar a ser esta enfermedad.
Las personas que viven con diabetes se enfrentan a una serie de desafíos que les llevan a modificar por completo su estilo de vida, enfrentando el reto de mantener su glucosa lo más estable posible, por lo que en algunos casos, llegan a requerir hasta siete inyecciones de insulina durante un día, lo cual, representa también un desafío para la economía y, desde luego, para las instituciones de salud pública, que además, requieren insumos suficientes no solamente para enfrentar la diabetes sino las complicaciones y otros padecimientos que pueden derivar de esta.
En el caso de Diana, una joven deportista, disciplinada y constante, la enfermedad ganó la batalla, pero queda también como legado su ejemplo de perseverancia y de lo importante que es tomar conciencia de la prevención y la atención oportuna de la diabetes, una de las enfermedades más comunes en México, que además de los factores genéticos, guarda una estrecha relación con nuestros hábitos de alimentación e hidratación.