Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide que se hagan pruebas y más pruebas, en México tenemos un presidente que dice que lo protege un “detente” y sus dólares de la suerte. ¿Vivimos una crisis y AMLO no lo sabe?
No sé cuánto tiempo lleva usted, querido lector, navegando entre las redes sociales, pero si fue de los primeros en llegar podrá recordar que anteriormente los timelines de Twitter y Facebook eran cronológicos hoy ya no lo son. ¿Por qué?
Tanto Twitter como Facebook estudiando a la población se dieron cuenta que el contenido que nos hace dar click, comentar, poner me enoja, etcétera, es aquel que nos molesta. Si uno ve buenas noticias o cosas irrelevantes, no reacciona.
Esta pareciera ser la mismísima estrategia que sigue López Obrador en materia de comunicación. Quiere que los medios y las redes sociales se enfoquen en sus temas, en la agenda que él impone, no en lo que importa y para ello nos da material que nos hace reaccionar.
Mientras trincheras como televisión, prensa escrita y radio, tienden a poner el grito en el cielo, “Nos llama fifís o prensa conservadora”. “No se puso gel antibacterial cuando se lo ofrecieron al inicio de la mañanera”… Politólogos, analistas, periodistas y uno que otro opinólogo, tomamos lo que nos da y lo desmenuzamos, pensando que eso es lo que él cree y ardemos en ira. Para bien o para mal, entender a Andrés Manuel, tanto como a un truco de magia, tenemos que poner atención en lo que su gobierno hace y no en lo que el Presidente dice o donde nos indica el mago que veamos.
Así tiene López Obrador hablando a López-Gatell, vocero para la crisis del coronavirus, de cómo no es una fuerza de contagio sino una fuerza moral. Andrés Manuel hace una apuesta muy arriesgada, nos pide que no dejemos de salir, él nos va a decir cuando dejemos de hacerlo. Pero de antemano sabe que tendremos un muy mal 2020 en términos macroeconómicos, que sufrimos por una baja de precio del petróleo, desaceleración económica mundial, el aumento del precio del dólar y por ello intenta mantener la economía mexicana andando tanto tiempo como sea posible. Todo esto a costa de que el sistema de salud pudiera llegar a colapsar.
El mejor político de masas de este siglo sabe bien que una crisis económica a casi un año de las elecciones intermedias del 2021 le podría salir costosisíma cuando habrá trece gubernaturas, quinientas diputaciones y cientos de alcaldías y regidurías en juego. Mientras todos nos concentramos en este ‘strike’, el presidente piensa a largo plazo, en ganar el partido, aunque pierda esta entrada, pero su apuesta nos podría llevar a todos entre las patas.