Hace seis años… una joven promesa del PAN abandonaba la Presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados para irse a dirigir el CEN de ese partido por unos meses.
Hace seis años… las y los diputados de la LXII Legislatura veían como el joven político, que llegaba a ponerse nervioso cuando dirigía la sesión, ahora se iba con la confianza que da el haber presidido la Cámara de Diputados.
Hace seis años… quien tuvo en sus manos dirigir el maratónico debate que se dio por la Reforma Energética, empezó a ganarse la confianza de todos y a crecer como la cara opuesta a Andrés Manuel López Obrador.
Hace seis años… el joven Ricardo Anaya había dado el gran salto político en su carrera.
Hace seis años… el PRI tenía en sus manos el gobierno, casi la mayoría en ambas cámaras del Poder Legislativo y varias gubernaturas, había regresado por la puerta grande después de 12 años.
Hace seis años… el PRI contaba con un Manlio Fabio Beltrones y un Emilio Gamboa para lograr las reformas que impulsaba Enrique Peña Nieto.
Hace seis años… el PRI tenía en el gabinete de EPN una gran baraja para elegir a quien podía ser su candidato en 2018, todo bajo el método del dedazo, aquél que hicieron tan famoso en los tiempos de, como dijera Mario Vargas Llosa, la Dictadura Perfecta.
Hace seis años… el PRD se mantenía como la tercera fuerza electoral, con la presencia de sus corrientes internas que lo iban debilitando gradualmente.
Hace seis años… el PRD seguía gobernando la Ciudad de México y era el mayor promotor de las acciones de Miguel Ángel Mancera.
Hace seis años… el PRD no veía la división que se les venía con la búsqueda de MORENA como partido político.
Hace seis años… la oposición tenía de dónde escoger. Tenía precandidatos para cualquier cargo, todas y todos eran presidenciables, sólo tenían que buscar la mejor opción para acabar con el otro, para derrotar a AMLO y MORENA.
Hoy las cosas son diferentes. El PAN sufrió con el “chico maravilla”, quien se enfermó de poder, se sintió que podía todo, como Juan Camaney. Fue acusado de traidor por el propio Gustavo Madero, de hacer el CEN a su modo y obstruir a Margarita Zavala, por lo que las y los calderonistas abandonaron el partido.
El PRI mostró que el “nuevo PRI” era peor que el anterior. Los Duarte, Ayotzinapa, las Casas Blanca, “no te preocupes, Rosario”, “Ya me cansé”, entre tantos temas más, lograron que sufriera una derrota que ni en 2000 y 2006 había tenido. La caída fue espantosa.
El PRD hoy lucha por mantenerse en el panorama político. No es ni la sombra de lo que fue aquél partido que fundó Cuauhtémoc Cárdenas en 1988. El principal perdedor ante el crecimiento de MORENA.
Hoy la oposición baila al son que toque el Presidente. No trae una agenda propia, sólo busca atacar el tema que se maneje en las mañaneras, sin buscar enfocarse a uno, al que le pueda ser más redituable en votos.
Sí, aseguran que el Presidente va cayendo en la aprobación, pero no han logrado sacar a una figura que pueda competir en 2024, ya ni pensemos en la posible revocación de mandato que habría en un par de años, en alguien que logre llamar a quienes se están desencantando de lo que ha logrado el Presidente.
NOTA LEGISLATIVA: MORENA no aprovechó el tema del COVID-19 para aprobar la reelección continua de legisladores, eso se aprobó en 2013 y se publicó: hace seis años. Lo que sí aprovecharon fue poner que no es necesario separarse del cargo para buscar la reelección.