Mi época preparatoriana vivió facetas muy divertidas que pocas generaciones pueden presumir. Por ejemplo, mi generación preparatoriana despidió al Messenger y dio la bienvenidas a una ola de redes sociales que revolucionaron al mundo. Recuerdo que los prepos comunes usábamos el Hi5. Los soñadores musicales, MySpace, y los más avanzados dieron sus primeros pasos en los juegos de Facebook. Todo era diversión y un mundo desconocidos para los mayores. Al paso de los años pudimos ver una exportación masiva a la plataforma creada por Mark Zuckerberg. Sí, adivinaron, Facebook.
Hablar de Facebook es hablar de la nueva era en la comunicación. La brecha de las distancias estaba monopolizada por el teléfono fijo, la televisión y la radio. Facebook llegó a revolucionar la era tecnológica y de comunicación. Hoy podemos hablar con amigos de todo el mundo sin la necesidad de un Roaming.
Facebook nos ha hecho saber el humor de las personas; ha realizado reencuentros y en algunos casos ha propiciado matrimonios. La gran ventaja del ciberespacio es la libertad de expresión que existe hasta el día de hoy.
Los memes, la foto de la familia, los check in en las salas de los aeropuertos, los chistes, las fotos del viaje y las felicitaciones son algunos ejemplos de lo que hemos convertido al Facebook.
Otro aporte de El face es la inimaginable creciente participación política. Hoy observamos posiciones de todos los colores y sabores. Sin darnos cuenta, lo hemos convertido en el mejor foro para debatir públicamente nuestro sentir hacia la política.
El ciberespacio que ofrece esta plataforma ha permitido crear redes de apoyo algún político y al mismo tiempo se ha convertido en el escenario de las enemistades. Los ciberdebates que se formulan dentro del Facebook no siempre son amigables. En mi experiencia como participante hasta saludos a mi madre he recibido.
Dentro de esta red hemos podido ver una infinidad de personajes; la chica de los memes; el cuenta chistes; las parejas fit; la tía que publica los piolines de buenos días y por supuestos los todólogos.
Esta columna que hoy estrenamos la quiero dedicar a los Todólogos. Pero no necesariamente basados en el término que José Vasconcelos acuñó en su libro Todología. Me iré un poco con la definición de Andoni Lubaki que se refiere a todo aquel que lo sabe todo o cree saber todo. Ahora bien, trasladémonos a los todólogos de El Face.
El todólogo de El Face lo defino como aquella persona que entra a la red social para expresar su punto de vista en todos los acontecimientos que le suceden al país, en palabras mas domingueras y menos exuberantes: son todas y todos los que se suben al tren del mame.
Ese pequeño ser es un experto en la discografía de José José y fiel crítico de Sarita. Cuando hay sucesos como el Culiacanazo se vuelven expertos en seguridad nacional. Van al cine y se comportan como jueces en el festival de Cannes y hoy vivimos con epidemiólogos expertos en COVID19.
Como sabemos, nos encontramos en una situación nunca antes vista. Ni siquiera se compara con la Influenza AH1N1. Ésta es una pandemia mundial que esta afectando a casi todos los países. En México nos estamos enfrentando a todólogos expertos en virología graduados de la escuela de Chumel Torres o el Tumbaburros. Las criticas hacia el Gobierno de México no han cesado desde el minuto uno, cuando tuvimos a nuestro primer compatriota infectado por el virus.
La figura presidencial ha sido acaparadora desde el primer día que tomó el cargo como Presidente Andrés Manuel López Obrador. Ante el acontecimiento que estamos viviendo ha dejado el protagonismo que lo caracteriza para darle paso a los expertos en el tema y que hoy afortunadamente son liderados por el Dr. Hugo Lopez Gattel.
El Doctor ha podido comunicar de una forma muy simple la evolución del virus en México. Expresiones como “Lávense las manos cantando las mañanitas hasta la tercera estrofa”, cuenta como un ejemplo para entender lo que sucede. Desafortunadamente las fake news son el primer obstáculo que se enfrenta el grupo de expertos que comandan esta misión tan importante para México.
La falsa información y el amarillismo “opositor” solo crean una inestabilidad dentro de la situación. Hoy, México no necesita todólogos en Coronavirus, lo que de verdad se necesita es un pacto de solidaridad para entender la magnitud de lo que nos estamos enfrentado. Hoy necesitamos todólogos compartiendo la información y la recomendación de salud publica sin fobias partidistas.
Me da mucho gusto tener amigas y amigos que se interesen por su país y me encanta ver la dura lucha que hacen por sobresalir dentro de las redes. Hoy solo les pido una cosa: quitemos mascaras y colores a esta situación que estamos viviendo y estoy seguro que vamos a triunfar ante el COVID19. Ya lo hicimos una vez, allá por el año 2017 con una fraternidad que levantó a los lugares afectados por el sismo. ¿o ya lo olvidaron? De todólogo a todólogo se los pido.