Quienes hayan tenido la oportunidad de ir a ver alguna función de lucha libre, sabrán que existen varias peleas antes de llegar a la estelar, antes de ver la lucha por la que se pagó el boleto para quedarse hasta el final, aquella que será la determinante para decir si valió la pena estar hasta el final o nos pudimos haber ahorrado ese dinero.
Para los que no hayan asistido, el cartel inicia con dos o tres luchas para ir calentando los ánimos del público asistente. Después da paso a una lucha que termine de prender a las y los espectadores, para la final dar paso a la gran función. Pues como si esta lucha del COVID no tuviera ya suficientes discusiones y peleas entre políticos, se añade una nueva lucha: gobernadores contra gobernadores.
Pareciera que la primera lucha, de partidos contra partidos, subió tanto de fuerza que se tuvo que programar otra, donde las gobernadoras y los gobernadores entraran en pleito por la manera en que llevan las medidas preventivas durante esta contingencia, así como por la manera en que exigen al Presidente y a López-Gatell actuar para hacerle frente al COVID.
El resultado de esta primera lucha, de partidos contra partidos, no se ha definido. Las y los contendientes son quienes integran el Congreso de la Unión, ese poder que debe ser aparte del Ejecutivo, pero que se mueve a los intereses de éste. Es así que un día atacan la labor contra el COVID y otro día que se busque sacar una Ley de Amnistía para liberar a esa población que está en centros penitenciarios por delitos menores.
Legisladoras y legisladores suben y bajan del ring, salen por la tercera cuerda, aplican castigos, pican los ojos, buscan la rendición, pero sólo logran un resultado que deja mucho qué desear y está lejos de ser el mejor para todos los demás.
Para la segunda lucha, los presidentes de partidos han entrado a un segundo ring que se tuvo que poner debido a que seguía la primera lucha. Esta batalla es un todos contra todos, donde si bien buscan poner en jaque a los que representan al gobierno, también buscan ser cada uno el vencedor, con miras a un 2021 donde puedan llevar los votos de todas y todos aquellos que estamos expectantes al resultado de esta función.
En esta segunda lucha se ha agregado un ex presidente que busca reaparecer en el mapa electoral, así como ex candidatos que se ofrecen como ayuda a sus partidos, pero que resultan más perjudiciales que benéficos para aquellos que los postularon. El resultado de esta contienda lo podremos ver hasta el siguiente año, donde les pasará factura todas las hurracarranas, los topes suicidas y los lances desde la tercera cuerda que hicieron durante esta función.
Rápidamente quienes integran el personal de la Arena, tuvieron que armar un tercer ring, debido a que las otras luchas seguían desarrollándose. Este ring fue para la lucha semifinal, la que será la antesala de la función estelar. Es ahora donde han entrado las y los gobernadores. Parecía que sería una lucha en desventaja, por un lado el gobierno federal y, por el otro, las y los 32 gobernadores, pero de último minuto, ocurrió una división entre los 32 y se enfrentaron entre ellos, siendo así el gobierno quien se bajó del ring y huyó a los vestidores, mientras que los 32 se dividían entre quienes apoyan al Ejecutivo y aquellos que, por su partido de procedencia, son opositores.
Al ya no ser una lucha en desventaja, se decidió que hubiera otro premio en la mesa: la modificación del convenio fiscal. Los bandos se formaron con más fuerza y unos fueron los primeros en entrar al ring, mientras otros se bajaron esperando el momento oportuno para sumarse o prefirieron seguir atendiendo en sus estados esta pandemia, el verdadero rival.
Los primeros en entrar, fueron Rutilio Escandón y Adán Augusto, gobernadores de Chiapas y Tabasco, respectivamente, impulsados por MORENA y por el propio Presidente, entraron a defender el Pacto fiscal, los proyectos que se impulsan y pidiendo la unión con el Presidente. En la otra esquina, Javier Corral y Silvano Aureoles, gobernadores de Chihuahua y Michoacán, respectivamente, fueron los que entraron al ring, en busca de dos cosas: la modificación del pacto y dar el brinco a la Presidencia, ser los candidatos de sus respectivos partidos para 2024.
Mientras todos se pelean, el COVID sigue esperando pacientemente a que todos se unan para atacarlo, le da tiempo de pasear entre las filas, de contagiar a espectadores e incluso ser mortal para otros. Al final del día, esa es la función estelar: TODOS contra el COVID. Todas y todos esperamos a ver que se decidan a crear un frente para atacar el virus, no decisiones estatales que muchas veces no están coordinadas con los propios municipios o alcaldías.
Cuanto más se tarden en pleitos políticos, cuanto más tardía sea la reacción conjunta de todos los niveles de gobierno, más contagios y más vidas irá cobrando este virus, porque no les queda claro que son quienes deben poner el ejemplo, que cada vez más ciudadanos escuchan a los detractores y por eso salen de sus casas. Que mientras más se dedican a descalificar a las autoridades, a López-Gatell, más fácil resulta que se rompa el #QuédateEnCasa.
Así que cuando quieran ponerse de acuerdo, cuando ya dejen sus colores y vean que todos estamos en la misma esquina, ahí es cuando será que lleguemos a la función estelar y podamos derrotar a este virus que ya lleva más de 200 mil muertes en el mundo y que en nuestro país, lleva más de las registradas por influenza AH1N1.