En el fútbol argentino existe, quizá, una de las rivalidades más épicas de toda la historia y el entrono futbolístico. Todos los años, Buenos Aires se pinta de azul y amarillo, rojo y blanco, para atestiguar el choque entre Boca Juniors y River Plate en el clásico argentino. La historia que antecede a estos dos equipos está llena de curiosidades, y la del 25 de mayo envuelve, específicamente, a sus magníficos estadios por historia y rivalidad.
La mística que abraza a estos equipos porteños nació un día como hoy, 25 de mayo, pero de 1901, cuando se irguió a las orillas del Río de la Plata el Club Atlético River Plate, en el barrio de La Boca, Buenos Aires, tras la fusión de los clubes Santa Rosa y La Rosales.
En 1905, aunque un 3 de abril, el Club Atlético Boca Juniors se estableció en la capital argentina bajo los colores de la bandera sueca, porque los cinco miembros fundadores habían decidido que la nacionalidad del primer navío que entrara por el puerto llevaría sus colores en el escudo y la identidad del equipo.
37 años más tarde, River inauguraría en la misma fecha de su creación su nuevo estadio, el Monumental, con capacidad para más de 70 mil personas y sede de la Copa del Mundo de la FIFA, Argentina 1978, que coronó al equipo local por primera vez en la historia.
Apenas tres años más tarde, los xeneizes también inauguraron su estadio un 25 de mayo, apenas unas cuantas cuadras a lado del de sus rivales. Bajo el nombre oficial de Estadio Alberto J. Armando, y mejor conocido como la Bombonera, Boca Juniors inauguró su nueva y actual casa en las entrañas de Buenos Aires.
Son casi místicas las batallas que han librado River y Boca en el Monuemntal y la Bombonera. Con un total de 251 partidos disputados entre ambos equipos, Boca lleva la mano con 89 encuentros ganados por 83 de los del Río de la Plata. Han existido también 79 empates en más de 100 años de rivalidad.