Salvador Dalí: 116 años del surrealista español

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Por María José Valencia E.

Con el bigote ralo y largo, casi tocándole los pómulos; una mirada perdida y el cabello oscuro relamido. No siempre soñó en convertirse en artista, pues Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, nacido el 11 de mayo de 1904 en Figueras, Cataluña, soñaba en ser un futbolista profesional cuando fuese mayor. A los 5 años, sus padres lo llevaron frente a la tumba de uno de sus hermanos y le dijeron que él era su reencarnación, lo que le generó una crisis de identidad y una profunda angustia que más tarde reflejaría a través de sus sueños y por ende, en sus obras.

Hace tres décadas, el maestro de los sueños decidió adentrarse en uno profundo y sin fin mientras escuchaba la música de Wagner. A sus 84 años, Dalí falleció dejando un legado como uno de los pintores más importantes de la historia del arte, literatura, ensayo, escultura, grabado, escenografía, publicidad (desde diseño de vitrinas y logos a actuaciones), alta costura, entre otros.

A los 13 tuvo su primera exposición en su casa de Figueras, organizada por su padre, con dibujos realizados con carboncillo. Un año más tarde, ganaría su primer premio. No entraba en duda el talento innato que poseía Dalí en las artes plásticas. Tristemente, con tan sólo 16 años, vive la muerte de su madre Felipa a causa de cáncer de útero, siendo su lazo afectivo más importante la primera gran pérdida de su vida. Su padre se casa con su tía, Catalina, esto mismo sería algo que el joven Salvador jamás perdonaría.

No es hasta 1926 que viaja a París y conoce a Pablo Picasso cuando este ya era un artista consagrado. En el barrio parisino de Montparnasse, se une a un grupo de artistas surrealistas. Su estilo lo convierte pronto en una celebridad y se le considera el padre del método paranoico-crítico, que tenía la capacidad de liberar energías creadoras desde el inconsciente.

A partir de ahí estuvo hombro con hombro junto a los intelectuales artísticos de la época. Vendió obras valoradas en millones, realizó cortometrajes junto con Walt Disney y colaboró en diseños de la mano de Christian Dior. También fue el responsable del diseño de publicidades, como las del vino Veterano, el chocolate Lanvin y las pastillas anti acidez Alka- Seltzer. Asimismo, dentro del rubro publicitario, se le encargó el diseño del logotipo de la golosina Chupa Chups.

Una falla cardiorrespiratoria reclamó su vida un 23 de enero de 1989, mientras oía su álbum favorito, Tristán e Isolda, de Richard Wagner. Sus restos se encuentran en Figueres, dentro de su teatro-museo, frente a la iglesia de Sant Pere, donde había sido bautizado y tomado su primera comunión. En su testamento nombra al Estado español como «heredero universal y libre de todos sus bienes, derechos y creaciones artísticas”, sin embargo, nos deja a todos una herencia artística inconmensurable.