El boicot contra Facebook ha sumado a más de 160 marcas transnacionales hasta este domingo, cuando gigantes de la publicidad como Unilever, Coca-Cola, Honda, Levi Strauss o Starbucks, decidieran retirar la inversión publicitaria en la red social.
Este movimiento comenzó a gestarse desde el pasado 17 de junio, tras la negativa de Mark Zuckerberg para controlar el uso de su plataforma para la intoxicación política y la propagación de conspiraciones y discursos de odio.
El evento comenzó cobrándose algunos marginales en la posición de Facebook en la Bolsa de Valores, sin embargo, el giro definitivo lo dio Unilever el pasado viernes y al cabo de unas pocas horas se sumó Starbucks, el sexto mayor anunciante de la red social el año pasado.
Este movimiento cobra especial relevancia con las elecciones en Estados Unidos prácticamente en puerta y con las redes sociales jugando un papel tan trascendental y fundamental. Twitter tomó sus primeras acciones cuando etiquetó al presidente Trump por la difusión de FAKE NEWS, un hecho que detonó el enojo del mandatario, quien incluso amenazó con regular las redes sociales a su antojo.
Esta jugada de Twitter marcó el estándar y Facebook ha preferido por obedecer sus propias reglas, sobre todo por la constante interacción y roces que desde hace unos años ha tenido con el gobierno estadounidense.
Sin embargo, tanta presión mediática termina por doblegar hasta al más genio de los genios. El mismo Zuckerberg anunció el viernes que su producto comenzará a prohibir cualquier mensaje relacionado con el llamado “discurso de odio”, es decir, mensajes con contenido que, según los editores de Facebook, promuevan la discriminación.
Facebook es, por detrás de Google, la segunda plataforma de anuncios del mundo con un promedio de ingreso anual por publicidad de hasta 69 mil 700 millones de dólares.