Después de un intercambio de mensajes directos cuadramos la hora. Miércoles, 20:00 horas. Estaba escéptico. Nunca había platicado con un tuitero, influencer o como usted quiera llamarle, más allá de la arena digital en un intercambio de tuits. No era lo mismo hacerlo cara a cara. Sin 280 caracteres de por medio. Era cara a cara, enmarcada en el ámbito virtual de la Nueva Normalidad.
Y es que desde hace algunos meses he visto, con mucho recelo, el crecimiento de cuentas anti todo. Anti AMLO. Anti Gobierno. Anti corrupción. Cuentas que, curiosamente, hoy se erigen como las salvadoras de la democracia del país. Me llamó la atención una: @BaksLive. Su nombre real es Alejandro Vaqueiro. Nació en Yucatán y vive en Mérida. Se volvió tendencia hace unos días porque replicó con mucha potencia uno de los tuits donde se publicaba el número telefónico de la Senadora de Morena, por la Ciudad de México, Citlalli Hernández. Acto seguido, vinieron las ofensas contra ella. Sobre todo, por su condición física.
Pero antes de llegar a ese punto vino la pregunta inevitable: ¿quién te paga por tuitear? Sincero, Alejandro aclaró que no gana un peso por eso. Dice que lo hace por “amor a México”. Y que su única intención es sacar a Morena del poder. Califica al presidente Andrés Manuel López Obrador de oportunista. Dice que el empleo que sí le da para vivir, «no tiene nada que ver con la política».
Eso sí, aclara que no milita con nadie. Pero ha votado por el Partido Acción Nacional. Específicamente por Felipe Calderón. Y, antes de cerrar ese capítulo deja en claro que sí iría con el PAN en el 2021 “porque es el que menos me molesta”.
Aunque Vaqueiro dice que no tiene un proyecto político, él sabe el capital que puede llegar a tener con 34 mil seguidores. Sabedor de eso, deja en claro que si llega un político o partido con un proyecto atractivo “con el que comulgue”, no dudaría en adherirse a él.
Ya en el colofón de la plática, insisto: ¿Por qué ensañarse de esa manera con el físico de la senadora? “Me voy a agarrar de lo que sea para sacarte de quicio. Es mala persona”, responde. La acusa, entre otras cosas, de ser parte de los políticos que acabaron con los apoyos para niños que padecen cáncer. También, la crítica porque asegura que «a la primera que la criticas, te bloquea».
Entonces, viene la interrogante inevitable: ¿Quién filtró el número? Él acusa, aunque aclara que ya se autoculpó, a @Lanudo_COVIDIO. Confiesa que aunque no es su amigo, sí ha hablado con él. Confiesa que la cuenta, aunque está llena de estereotipos, le gusta. Su ideología, dice que no le va tanto, pero «con tal de chingar a estos cabrones (Morena), harían lo que fuera. Eso sí, menos compartir un teléfono.
La crítica de Vaqueiro es, sí, sin censura. También, a veces con muchos estereotipos, aunque él prefiere definirla como auténtica. Para él, “eso es mame”. Y remata: “No soy una oposición seria.
Baks confiesa que le llegan diario más de 100 o 200 mensajes burlándose de mi. Incluso, me han amenazado con «venir a golpearme».
Hace una aseveración que podría resultar arriesgada para su vida marital de casi una década. «Se están metiendo en la vida personal de una persona que no es pública». Esto, en relación a las acusaciones dice le han hecho sobre que tiene una amante de 50 años, panista, que la mantiene.
¿Entrar en la política?
Baks quiere desmarcarse de la política, aunque sabe que ahí tendría oportunidad de que su movimiento pase de lo virtual a la vida real. Y sus redes las ha tejido de la mano de @Tumbaburros, Sergio Negrete y Marietto Ponce, tres tuiteros que constantemente lanzan diatribas de crítica contra el presidente Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, el ejercicio del poder lo dejan de lado. Muchas veces.
Baks deja entrever que no cesarán sus críticas contra Morena y, sobre todo, Citlalli. La razón. Dice que debe ir con todo contra «gente que quiere un comunismo fuerte como Citlalli. Quiere dejar en la bancarrota a mi familia y amigos».
«Yo me voy a agarrar de lo que sea para sacarte de quicio. Si estás gorda, te voy a decir que estás gorda. ¿Por qué? porque no soy buena persona, no soy políticamente correcto. A mi no me importa que alguien sea gordo o feo, lo que realmente me importa es que es mala persona», espeta.