La educación es un derecho y aunque hubiera catástrofes recurrentes, en sentido estricto, no puede parar. Si la Secretaría de Educación no asumiera su responsabilidad, estaría violando el irrenunciable derecho que tienen las niñas y niños de recibirla.
En México, uno de los desafíos que acarrea la nueva normalidad a causa de la pandemia es el uso de la tecnología que implica la implementación activa de las tecnologías que determinan una transformación digital y con ello, de manera paradójica, amplia la brecha de igualdad y equidad.
Es cierto que casi nadie estaba preparado para este cambio repentino, pero ya llegó el momento de pensar en serio de cómo eficientar el tipo de educación que se recibe durante su permanencia en casa. Es posible que, en el caso de educación básica, este tiempo se extienda, pues mientras el virus se siga propagando sería inmanejable con millones de niños transitando todos los días abiertamente por las calles o transportándose en transporte público. Lo que era una excepción, se volvió la regla, y en un tiempo breve, nuestros profesores han logrado organizar sus procesos educativos mediante plataformas para el trabajo asincrónico.
La Covid-19 volvió a mostrar las inmensas desigualdades de nuestro país. En este caso, en acceso a la conectividad. Lo que debería ser un derecho, en México, sigue siendo un privilegio. Así que nos volcamos a la televisión como una alternativa real para crearla en un pizarrón gigante, que acompañado de música y narrativa, hacen que todos los días se muestre con un portafolio de lecciones para niños y jóvenes.
En nuestro país elegimos retomar la televisión para enseñar. La convertimos en un aula que pudiera llegar a los lugares donde la educación on line no podía llegar. Esa es nuestra única probabilidad en el corto plazo. De manera organizada y estructurada, hay que trasladar las aulas a la televisión.
La televisión se ha re inventado, hoy tiene el gran desafío de formar a nuestros estudiantes, Como menciona Aguaded Gómez, (2005): “Habrá que aprovechar las posibilidades didácticas de este medio como recurso didáctico. La televisión está condicionado a la capacidad que tengan los estudiantes de saber ver el medio, esto es, de tener las competencias y habilidades para captar el lenguaje audiovisual en todas sus dimensiones”.
Así, los estudiantes buscan escudriñar entre la música y las historias una lección que les permita avanzar. De lunes a viernes, millones de niños se sientan frente al televisor esperando encontrar una conexión con el aprendizaje. Como meta principal, la televisión busca afanosamente educar, ya no con las telenovelas, ni con los programas cotidianos, sino con una producción planeada para estudiantes de educación básica.
Estas producciones tienen detrás, un ejército de personas que planean, diseñan, estructuran y producen cada plan de estudio en un video que pueda ser mostrado a millones de personas por esa caja de fantasía y con canales predeterminados para ser observados. ¡Quien hubiera pensado que fuera un escaparate de aprendizajes con método y evaluación de los planes de estudio de educación básica, en nuestro país! Esta es la nueva normalidad. Es la realidad que vivimos. Es el desafío número uno al que nos enfrentamos de formar una generación que sobreviva a los obstáculos marcados por la pandemia. El reto de ver a los niños que están cursando el primer año de primaria y que el aprendizaje de las matemáticas y la lectura estará acompañado de un aparato de televisión y de su mamá, en el mejor de los casos. Analizar una y otra vez, cómo serán las evaluaciones, cómo nos aseguraremos que la lección ha sido aprendida. Quizá, pronto lo sabremos. Identificaremos a esta generación como la que marcó una nueva forma de organizarse, de aprender, de enseñar.
Por otro lado, la televisión toma de la mano a la educación online, ambas, implican cambio de paradigmas, en el que la autogestión del estudiante, el manejo de los tiempos y los abordajes docentes son muy distintos.
La educación no puede parar a pesar de la cuarentena, pero tampoco podrá volver a ser la misma. No se detendrá, porque como comunidad, no podemos dejar que niños y jóvenes se queden sin la opción a estudiar y no volverá a ser la misma, porque las crisis, bien manejadas, son estupendas.
Las de chile seco
Cada vez se suman más colectivos de mujeres que buscan, se apruebe la Ley Olimpia en el estado de Hidalgo. Yo soy una de esas voces.