MORENA es un partido fuera de serie. En su primera elección presidencial logró el triunfo y una mayoría aplastante en el poder legislativo, una mayoría que, si bien no alcanza mayoría calificada, con los respectivos aliados se logra de una manera relativamente fácil. El movimiento de regeneración nacional es el principal partido de izquierda no sólo de México sino de toda América Latina.
Poniendo en contexto la importancia de MORENA a nivel nacional e internacional; el hecho de que hoy se encuentre en un proceso interno no es para nada menor. El partido que llevó a la presidencia a Andrés Manuel López Obrador se enfrenta a uno de sus mayores retos: el de su institucionalización. Se tiene que encauzar el movimiento que logró una votación histórica en el año 2018, hay que transformarlo en un partido político fortalecido, que pueda enfrentar los retos que se aproximan y que, sobretodo, sea capaz de acompañar al compañero presidente, de no dejarlo solo. MORENA ha sido el gran ausente en la cuarta transformación.
Varias personas han manifestado y registrado su intención de competir por los dos principales cargos dentro del partido. Las personas que tienen más “chance”, y lo escribo sin menoscabar a persona alguna, son el Coordinador Parlamentario de MORENA en la Cámara de Diputados, Mario Delgado Carrillo; el Diputado Federal y luchador social de Izquierda Porfirio Muñoz Ledo; la Secretaria General en funciones, Yeidckol Polevnsky y el Secretario General de la Conferencia Internacional de Seguridad Social, Gibrán Ramírez.
Mientras, por la Secretaría General se han “apuntado” la Secretaria de Organización de MORENA en la CDMX, Donají Alba; el Coordinador Técnico de Vinculación Internacional del IMSS, Antonio Attolini y la Senadora Citlali Hernández Mora; entre otras compañeras y compañeros.
Habiendo mencionado ya nombres de quienes pretenden competir por los principales espacios de dirección de morena, me parece muy válido y desde mi posición personal mencionar que, aunque no soy militante tengo mis razones para apoyar a un candidato o candidata para cada uno de los cargos. Tengo que resaltar que estoy totalmente en contra de la resolución del Tribunal Electoral, dado que es muy inconsciente pedir que morena cumpla su proceso interno en medio de una pandemia. Simplemente, la sentencia fue ilógica e inaceptable, pero, se tiene que cumplir la ley, y por eso morena se ve en esta circunstancia.
La contienda por la dirigencia nacional de MORENA lamentablemente se verá como un concurso de popularidad, dado que quién ganará en el proceso interno será quien sea más conocido por la gente y tal vez no quien realmente tenga la capacidad o las ideas más frescas para renovar este Instituto Político. Instituto Político fundado por quien ha sido el presidente más votado de la historia moderna del país.
En lo personal, creo que Citlalli Hernández y Porfirio Muñoz Ledo son las personas idóneas para estar en la dirigencia de morena. Citlalli Hernández ha demostrado ser una persona comprometida con el movimiento, persona netamente obradorista. Es una mujer que sabe crear vínculos, que conoce la estructura del partido y que ha estado en él desde su fundación. Alguien comprometida con los movimientos sociales y con la agenda progresista, que, siendo sinceros, MORENA ha dejado de lado hasta cierto punto.
Citlalli Hernández es una mujer de lucha, cercana a la gente. Citlali Hernández es una persona que injustamente ha sido atacada por cosas tan banales como su apariencia física; porque en cuestión de capacidad nunca se le ha podido cuestionar. Es una mujer brillante. Citlalli no está comprometida con el estatus quo. Sabe que la militancia es poderosa; así mismo, sabe que MORENA necesita tomar un nuevo rumbo.
Del anecdotario: En febrero me tocó moderar una mesa de debate, y como invitada a dar una ponencia, llegó la Senadora Citlalli Hernández. Le contó a las y los jóvenes sobre mí, que me conocía y les contó sobre mi caminar político. Y, sé que no es mucho, pero lo que dijo me dejó pensando sobre los errores que uno comete. Y, siendo muy sincero conmigo mismo: encontré cosas que no me gustaron para nada. Le agradezco a Citlalli por hacerme reflexionar, por arroparme y por hacerme ver la política de otra manera.