Por Valeria Martínez.
A 67 años del sufragio femenino en México, la realidad es que en nuestro país, a lo largo del devenir de la historia las mujeres hemos luchado por el ideal de participación política plena.
A continuación, haremos un (muy) breve recuento de la lucha política que han encabezado las mujeres para alcanzar plenamente sus derechos políticos y a las cuales les debemos las nuevas generación, nuestros derechos político- electorales.
En 1916, en la discusión del proyecto de Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos hubo voces que clamaron por el derecho de sufragio femenino pero estas fueron ignoradas.
La Constitución en su texto original establecía a quienes consideraba como ciudadanos, sus prerrogativas y obligaciones, el artículo 34 decía:
“Art. 34.- Son ciudadanos de la República todos los que, teniendo la calidad de mexicanos reúnan, además, los siguientes requisitos:
- Haber cumplido dieciocho años, siendo casados, o veintiuno, si no lo son, y
- Tener un modo honesto de vivir.”
El texto constitucional original prevaleció la imposición de negar la prerrogativa de ciudadanía a las mujeres con todas las restricciones que ello implicaba, no solo para votar y ser electa sino también para desempeñar cargos públicos y hasta para ejercer el derecho de petición o inscribirse al catastro de municipalidad, manifestando la propiedad que tuviera la industria profesión o trabajo de qué subsistiera.
Todo esto a pesar de qué el dictamen del texto constitucional no establecía ni negaba expresamente la ciudadanía femenina.
Intento frustrado de ciudadanía a la mujer de 1937
El 1° de septiembre de 1937 en la sesión de apertura del periodo ordinario del Congreso de la Unión, el Presidente Lázaro Cárdenas manifestó la necesidad de reformar la Constitución para que a la mujer se le habilitara en el plano político, y dejara de ser colocada en un rango de inferioridad, al rehusarle el más trascendental de los derechos cívicos: el voto.
El 19 de octubre de 1937 el Presidente Lázaro Cárdenas envió la iniciativa de reforma del artículo 34 constitucional para otorgar capacidad cívica a la mujer.
Dicha iniciativa fue sometida a la Cámara de Senadores, el 23 de noviembre de 1937. En ella el ejecutivo federal pedía que se reconociera la plena capacidad política de las mujeres Reformando el mencionado numeral quedando de la siguiente manera :
“Son ciudadanos de la República los hombres y mujeres…”
Después de una larga discusión en ambas Cámaras, el 19 de noviembre de 1937 a la reforma en materia de derechos políticos le faltó la declaratoria legal y quedó abandonada en los archivos de la Cámara dé Diputados, retrasando por casi una década el acceso pleno de las mujeres a la vida política del país.
Reconocimiento de ciudadanía integral a la mujer
Aunque existieron antecedentes de otorgamiento del derecho de votar o ser votada en el ámbito municipal, las mujeres no gozaban plenamente de la ciudadanía.
Esta propuesta fue presentada el 2 de diciembre de 1952 por el entonces Presidente Adolfo Ruiz Cortines ante la Cámara de Diputados que fungió como Cámara de origen. La cual fue en cumplimiento de una promesa de campaña, en la que ofreció reconocer a la mujer los mismos derechos políticos que a los hombres.
En la Iniciativa de ley se estableció que a partir de la revolución la mujer logró obtener una preparación cultural política y económica similar a la del hombre que la capacita para obtener un eficaz y activa participación en los destinos de México.
En la discusión del 22 de diciembre de 1952 se argumentaron entre otras muchas cosas que a la mujer se le iba a reconocer un título una capacidad que desde siempre había tenido.
Asimismo, se argumentó que la mujer ya tenía responsabilidades en la vida nacional y por lo tanto era lógico que tuviera una participación decidida en las tareas públicas mediante el ejercicio de sus derechos ciudadanos.
El proyecto fue finalmente sometido a votación en el Senado de la República y aprobado por mayoría de 47 votos contra uno y paso a las legislaturas de los estados para efectos constitucionales.
Fue así como se logró el sufragio femenino, pero hoy 67 años después aún existen muchas brechas por cerrar.
Hoy la participación de las mujeres en la vida política se encuentra asegurada gracias a leyes que garantizan la paridad de la composición del Congreso de la Unión. Podemos sentirnos satisfechas de lo alcanzado en participación política pero el gran desafío es continuar trabajando en todos los frentes para que las mujeres podamos vivir una vida libre de violencia, donde nuestra seguridad se encuentre garantizada y podamos participar plena y transversalmente en todos los ámbitos de la vida pública sin temor alguno.
Valeria Martínez Guzmán.
Twitter: @Valeria_mg_14