La libertad de elegir cómo hacer frente a una crisis

37

Iniciaban los primeros días del mes de enero de 2020, comenzar una nuvea historia, el mes número uno y empezaba una nueva aventura. Esperanza, era el sentimiento que reinaba en ese momento. Nacía un nuevo año. Enumeramos en nuestra mente, los retos y sueños que durante 12 meses pensábamos cumplir. Claro, invariablemente sonreímos al crearlos.

Así, con la certeza de nada, fabricamos sueños en nuestra mente, construimos historias de éxito, vimos a nuestra familia sana y evocamos lugares a los que pensábamos visitar. Esa es la ventaja del futuro, es desconocido, es retador. Nos invita a soñar y soñar.

Pasaron 12 meses de ese momento y nada ha sido igual desde entonces. No tan solo para una familia sino para todo el mundo. Cubrebocas, gel antibacterial, sanitizante, confinamiento, semáforo rojo, amigos o conocidos enfermos, clases en línea, se convertieron en palabras comunes en 2020. Pero lo más preocupante es que el miedo ha sido un sentimiento constante y continuo. Perder la salud es quizá uno de los temores más recurrentes que, con la pandemia hemos tenido.

Pero, ¿Hemos aprendido? ¿Cuáles han sido las enseñanzas en el 2020 que culminó? Las cicatrices que cada uno ha tenido por muy ligeras que hayan sido, están presentes. Con ellas, quizá a muchos nos hubiera bastado para dar una vuelta de timón en cada comportamiento, en cómo volver a valorar la cercanía, el contacto físico ¡Cómo extrañamos esto! Sin embargo, después de la vacuna, cuando “se aplane la curva” ¿Qué sigue? ¿Correremos de forma desenfrenada a realizar actividades que antes hacíamos o en verdad hemos aprendido a cuidarnos en toda la extensión de la palabra, en mejorar nuestro entorno y calidad de vida?

La respuesta la darán cada uno de ustedes y se verá reflejada, en los próximos meses.

Por lo pronto, el año 2020 que concluyó, ha sido desafiante, doloroso, único, diferente y aleccionador. Cada uno de nosotros, seguramente, el último día de ese año, donde todo se detuvo, entramos en una profunda reflexión con respecto a la misión que cada uno tenemos en esta tierra. La importancia que le damos a la prevención, al lado humano, al derecho a la vida. El sentido que damos a nuestros pensamientos y acciones.

A nuestro país han llegado un poco más de 53,000 vacunas, en un país de aproximadamente 120 millones de habitantes. Espero que el miedo se convierta en inmunidad para las personas ante la pandemia y no en ira, si no se cumplen los plazos señalados para vacunar a la población.

Ese será un reto adicional para 2021, pues el primero, seguirá siendo cuidarnos.

Hoy tenemos un reto que afrontar, ahora conocemos que la pandemia no era un asunto de menor importancia, ahora después de nueve meses y en el inicio de un nuevo año, tienes la libertad de elegir cómo hacer frente a una crisis de forma responsable.

Las de chile seco

El sector educativo actúa como eje transformador fundamental. Nuestros maestros debieran estar en los primeros espacios para vacunarlos y con ello, acelerar el regreso a la aulas.