México sigue haciendo historia y dignificando su papel como un país listo para abrir sus puertas y fronteras. Y es que esta madrugada llegó un grupo de afganos. 124 personas: periodistas y sus familias que trabajaron para los diarios The New York Times (NYT) y The Wall Street Journal. Horas antes habían llegado seis mujeres del equipo de robótica de Afganistán.
El diario estadounidense NYT criticó la postura del gobierno de Estados Unidos y resaltó la de México que en “cuestión de horas” agilizó trámites burocráticos para gente que, de una u otra manera, sirvió a Estados Unidos.
“Estamos comprometidos a llevar a cabo una política exterior que promueva la libre expresión, las libertades y los valores feministas”, ha dicho el canciller Marcelo Ebrard.
Un plan hecho desde WhatsApp
El plan para recibir a los periodistas empezó a fraguarse desde el pasado 12 de agosto a las 17:00 horas cuando el exjefe de las oficinas de México y Kabul del NYT, Azam Ahmed, le envió un mensaje por WhatsApp a Ebrard preguntando si el gobierno mexicano estaba dispuesto a recibir refugiados de Afganistán. La respuesta inmediata fue que no sería posible.
Sin embargo, la situación se movía “rápidamente”. Y las decisiones debían tomarse en ese son. Ante eso, Ebrard decidió llamar al presidente Andrés Manuel López Obrador para ahorrarse trámites y “horas y horas” de juntas de gabinete para decidir sobre la postura de México.
Hay que apurarse
Una hora y media más tarde, Ebrard cambió su postura y la de México y le envió un nuevo mensaje a Ahmed explicándole que estaba listo para ayudar a los refugiados. La única condición era que viajaran en líneas que aceptaran a afganos.
La toma de Afganistán por parte de los talibanes se dio cuatro días después de este intercambio de mensajes. Tiempo suficiente para que la evacuación de emergencia comenzara. Hubo sigilo. No hubo filtración de notas. El foco estaba puesto sobre Estados Unidos y su lentitud para hacer más ligero su aparato burocrático migratorio.
Así, entre el 24 y 25 de agosto, México recibió, primero, a un contingente de seis mujeres afganas y luego a 124 personas, en su mayoría periodistas. Ebrard salió al paso y nunca culpó a Estados Unidos. Solo los justificó argumentando que una evacuación como la que se está dando, puede ser tardada y compleja.