La directora Sara Seligman estrenó Coyote Lake, su primer filme -o en el argot cinematográfico, ópera prima- con las actuaciones de Adriana Barraza y Camila Mendes. El camino para la cineasta ha sido laborioso. Con más de una década de experiencia en el ámbito de cortometrajes, Seligman finalmente ha podido dirigir su propia película en una industria estadounidense férrea con sus creencias.
Sara Seligman nació en Cuautla Morelos, y comenzó su carrera frente a las pantallas como actriz. Eso la llevó a un taller actoral en Nueva York -uno de los puntos clave para hacer cine- y fue ahí donde tomó la determinación de aventurarse en la dirección, graduándose de la New York Film Academy en 2007:
“al actuar me di cuenta de que me quedaba en el set después de escena, preguntando al crew cuál era su trabajo, porque eso llamaba mi atención. Después de una clase de actuación, caminando por un parque encontré una escuela de cine y me colé a una clase maestra. Supe que dirigir era lo que quería hacer el resto de mi vida”.
Con una carrera que abarca cinco cortometrajes, entre ellos, “Bendito el fruto de tu vientre”, “Hawkins Hill”, “Diego”, “Kosnin” y “Hardwired”, la creadora destacó que dirigir la llevó a confrontar inseguridades y su propia autoestima. Encontrar una voz, paso fundamental para cualquier director, ha sido un proceso en ocasiones frustrante, pero a su vez ha ido conformando su camino a la par que la madurez. En Coyote Lake, Seligman decidió adentrarse en la historia conflictiva entre una madre e hija, ambas habitantes en la frontera entre Estados Unidos y México, cuya fuente de ingresos es un descuidado hotel.
Aquellos que se hospedan, en su mayoría polleros o narcotraficantes, no encuentran una salida, puesto que Teresa (Adriana Barraza) y Ester (Camila Mendes) se encargan de hacer justicia por mano propia al asesinarlos. La tensión dramática de este thriller comienza cuando dos agentes externos, Ignacio (Manny Pérez) y Paco (Andrés Vélez), terminan hospedándose violentamente, convirtiendo el crimen perfecto de madre e hija, en una lucha interna por reconocer sus errores y trazar nuevos caminos. De ello, la cineasta explicó:
“Quería una relación de madre e hija que hablara sobre el contacto humano. Como directora y público me gustan las películas de crimen y encontré un artículo de una madre e hija que mataban a sus huéspedes en la Segunda Guerra Mundial, pero tenía que darle credibilidad actual. Por eso llegué a otro artículo, el del lago Falcón que es una zona real de gran impunidad y donde el guion funciona”.
Con la ayuda de un excompañero, Thomas James Bond, la cineasta trabajó los diálogos para darle mayor realismo al personaje de Camila Mendes, una chica que, a pesar de su origen mexicano, no sabe español. La constante en la cinta es el deseo de libertad versus lo impuesto, cuestión que la directora experimentó personalmente.
Adentrarse en la industria cinematográfica no es sencillo y Seligman relató que para las mujeres es aún un trabajo más arduo: “en el cine no hay una formula que te garantice entrar o tener éxito. Aunque se habla de diversidad, las compañías no quieren tomar riesgos con voces emergentes por la falta de experiencia, ¿cómo tenerla si alguien no te da la oportunidad?” y profundizó, “tuve que crear mis oportunidades, hacer mi guion y buscar a Adriana Barraza para que tomara el riesgo conmigo. Un actor o actriz con tanta experiencia puede ayudarte, pero incluso ahora que busco hacer mi segunda película me dicen que sólo tengo una realizada”.
Una experiencia que delata el doble discurso de la industria no sólo estadounidense, sino también mexicana. En contraste, el proceso actoral con Barraza y Mendes fue una grata experiencia, en la que destacó la complicidad, amor y apoyo que la primera tuvo con ella al tratarse de su ópera prima. Seligman contó: “la maestra Adriana y Camila tuvieron muy buena química y presencia en el set”.
De la relación ficcional entre ambas, que las llevan a extremos humanos se apoyan de los personajes secundarios como Dirk (Neil Sandilands) y Paco (Andrés Vélez) para representar arquetipos sociales: “la madre cruzó una línea de matar para sobrevivir a hacerlo por placer, mientras que la hija se da cuenta que eso no va a cambiar y ella tiene que irse de ahí. Cada personaje muestra cómo lidiamos con situaciones difíciles y la responsabilidad moral. Por ejemplo, Paco sabe que sus acciones no tienen justificación, mientras que Dirk representa la actitud del gobierno norteamericano respecto los carteles al lavarse las manos”.
Y sobre sus futuros proyectos, la cineasta habló de tener tres diferentes guiones con mujeres multifacéticas como protagonistas. Igualmente, espera que la pandemia le permita grabar en 2022, pero por el momento se dirige al público: “tomen el riesgo de ver cine con voces emergentes, de darme la oportunidad como directora, mexicana y a todo el crew”.
Coyote Lake, se encuentra disponible para compra o renta en iTunes, Google Play y Apple Tv.