Voracidad urbana: resistencia en la Independencia y Topo Chico

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Por Natalia Rodríguez y Dania Gónzalez

A pesar del deterioro cultural, social y estructural del tejido social causado por proyectos urbanos, las poblaciones de ambas colonias buscan detener los megaproyectos promovidos por instancias públicas y privadas.

Las colonias Independencia y Topo Chico, en la ciudad de Monterrey, han sido afectadas por los proyectos de “desarrollo” urbano del gobierno municipal, así como de las empresas privadas con intereses geográficos. Pero los vecinos resisten desde sus respectivas colonias.

Los malestares que se viven en ambas colonias son generados por impactos tangibles y culturales, que han sido causados por los intentos de expansión industrial y urbana y turismo religioso. Laura, Erika y Panín, residentes de la colonia Independencia, han proporcionado un recuento de las múltiples ocasiones en que, como resistencia, han impedido la llegada de diversos proyectos al interior de la zona. Mientras que, en Topo Chico, las señoras Juanita, Juany y Miriam explicaron la manera en que la embotelladora de agua mineral, que lleva el mismo nombre como marca, se ha ido expandiendo y apropiando de espacios comunitarios y recreativos.

Independencia

Desde la década de los setenta, la colonia y sus habitantes han sido objeto de intentos de desplazamiento. Su localización geográfica, a unos cuantos minutos del centro de Monterrey por el lado del río Santa Catarina y muy cerca también de San Pedro por la cima del cerro Loma Larga, ha sido de gran interés para empresas privadas, así como para autoridades locales y estatales.

Sus planes, bajo la bandera del “progreso” para la ciudad, no consideran las necesidades ni intereses de las vecinas y vecinos. Por el contrario, atentan contra los principios para el florecimiento humano, desde el acceso a servicios básicos, como luz y agua, hasta el sentido de comunidad que se experimenta en la colonia.

Foto por Natalia Rodríguez

Fundación y primeros intentos de megaproyectos en la Indepe

El inicio de la colonia Independencia, antes conocida como el Barrio de San Luisito, se remonta 170 años atrás. La creación de grandes empresas como la Cervecería Cuauhtémoc y la Fundidora de Fierro y Acero contribuyeron a la expansión económica y demográfica que se experimentaba en Monterrey, lo cual atrajo a antiguos habitantes de zonas rurales de los estados de San Luis Potosí y Zacatecas.

“Es feo que te hayan desplazado a donde no ´afees´ la ciudad, pero al estar muy cerca del centro, obviamente era de esperarse que de pronto voltearan la vista hacia ese territorio, no hacia nosotros como personas, sino hacia el territorio físicamente hablando”, expresó Erika Charles, vocera de la colonia.

Charles comentó que el primer intento del gobierno e instancias privadas por llevar a cabo sus megaproyectos se dio con la construcción del atrio en la Basílica de Guadalupe, una de las iglesias más importantes de México y que está ubicada en la parte baja de la Indepe. De acuerdo con Erika, la Iglesia cedió al Estado lo que era antes la Casa del Obispo y lo que es hoy la Escuela Superior de Música. A cambio, el Estado le dio a la Iglesia la Plaza Díaz Mirón, un espacio público frecuentado por los residentes, para construir el atrio y volverlo propiedad de la Arquidiócesis.

“Este es el primer atentado, se oye fuerte pero es lo que son”, externó Erika.

Un segundo intento, explicó la vocera, fue bajo la construcción de la Macroplaza en el centro de Monterrey en 1984, con la cual, según Charles, “querían hacer un corredor peatonal hasta la Basílica”. Comentó que entonces las vecinas y vecinos se organizaron para impedir la construcción del corredor y el desplazamiento de sus familias. Finalmente, el gobernador Alfonso Martínez Domínguez, les dijo que no se preocuparan, pues no contaban con el presupuesto necesario para financiar el proyecto.

Para los años 2000, iniciaron los planes del municipio de San Pedro para la construcción de un segundo túnel de Loma Larga, el cual se contemplaba realizar sobre las calles Colima y Tlaxcala de la Indepe, las cuales conectan con la avenida Pino Suárez. Al igual que con el corredor de la Macro, las y los residentes de la colonia se organizaron y salieron a protestar, cerrando la avenida en varias ocasiones.

El intento más reciente se remonta con el plan de interconexión vial San Pedro – Monterrey, promovido por el entonces candidato del PAN a la alcaldía de San Pedro, Mauricio Fernández Garza. El proyecto pretendía conectar Valle Oriente con el Centro de Monterrey, atravesando las calles de San Luis Potosí hasta Tamaulipas en la Indepe, las cuales se intersectan directamente con Zaragoza y Zuazua. Una vez más, las vecinas y vecinos de la colonia se organizaron y bloquearon la avenida Padre Mier en los cruces de Cuauhtémoc y Pino Suárez, exigiendo la cancelación definitiva del proyecto.

Foto por Natalia Rodríguez

Problemática actual

Actualmente, la inconformidad de los vecinos y vecinas se encuentra bajo la construcción del Memorial de la Misericordia, propuesto por la Arquidiócesis de Monterrey desde el 2018, en la parte alta de la Loma Larga. De acuerdo con la información proporcionada en su página web, “es un proyecto integral de transformación comunitaria con espíritu de misericordia”, que consta de la instalación de una Vírgen de Guadalupe de 12 metros (la cual puede verse desde las avenidas de Morones Prieto y Constitución), la construcción de una cruz de más de 170 metros que “simbolice la grandeza de la misericordia de Dios”, una explanada abierta “que reúna a los fieles peregrinos y que sea un espacio de contemplación y paseo para todas las familias”, y la creación de un centro comunitario para los residentes de la colonia, “inspirado en las obras de misericordia tanto materiales como espirituales”. Sobre la explanada, Charles añadió la intención de la Arquidiócesis, por instaurar “un parque temático con motivo religioso”.

De acuerdo con la página del memorial, la totalidad del proyecto estaría financiada “a través de donativos en especie, colectas generales entre la ciudadanía y donativos institucionales y particulares entre empresas que han heredado el espíritu transformador de los fundadores de esta gran ciudad”. Charles aseguró que la Arquidiócesis junto con el Gobierno de Monterrey realizaron un fideicomiso con Banregio para financiar la construcción. Asimismo, decretó que “Municipio de Monterrey les cedió terrenos del cerro y Gobierno del Estado cedió otro terreno y a parte les cedió un tanque de agua para que puedan construir”.

Afectaciones materiales en la Independencia

Desplazamiento

Entre las principales afectaciones con los planes de “desarrollo” que las instancias públicas y privadas han intentado implementar, los vecinos y vecinas de la Indepe consideran que el desplazamiento de personas sería la más importante.

“Irte a otra parte te cambia la vida; nosotros siempre hemos trabajado en San Pedro, nuestros trabajos están cerca, nos vamos caminando, y pues si nos cambia todo”, mencionó Laura, vecina de gran influencia en el barrio Cima de la Loma.

Seguridad

Otro punto que destacó Laura fue el nivel de seguridad que perciben los residentes con la llegada de visitantes a la colonia, atraídos por el monumento a la Vírgen. Comentó que anteriormente, los niños y niñas podían salir con tranquilidad a jugar en las calles, incluso a altas horas de la noche. Pero ahora que suben otras personas a la cima, los padres de familia ya no se sienten con la misma confianza.

«Hay un parquecito, que ellos están hasta en la noche. A veces que está haciendo mucho calor y se nos va la luz, allá andan jugando y no pasa nada. Nosotros sabemos que están bien, porque aquí la gente se conoce, se cuidan, no hay gente extraña. Ahora que está la Virgen, suben carros que uno no conoce y no te da confianza de que los niños estén solos allá arriba», explicó Laura con preocupación.

Vialidades

En la parte más alta de la colonia, se vuelve más difícil transitar en automóvil, pues las calles son angostas y empinadas. Ante esto, Laura señaló que con la llegada de más personas al “espacio turístico”, forzosamente se tendrían que abrir los caminos y desalojar a las personas de sus propiedades, provocando su desplazamiento.

Pérdida de flora y fauna

Para la construcción de la Virgen, como parte del proyecto del Memorial de Misericordia, se afectaron a cerca de 7 mil 900 metros cuadrados de flora y fauna, donde se removieron desde su tronco el arbolado urbano, así como de la cubierta vegetal, de los cuales sus residuos fueron inadecuadamente triturados y desechados, de acuerdo a los lineamientos del Reglamento de Protección Ambiental e Imágen Urbana de Monterrey.

Luz y agua

Además de las afectaciones producidas por los intentos de megaproyectos urbanos en la zona, son visibles las incongruencias del gobierno estatal y municipal sobre el acceso para los residentes a servicios básicos, particularmente la luz y el agua.

“Lo que hemos reclamado siempre es que la gente que vive en el cerro tiene décadas de estar solicitando la regularización de sus predios, y siempre se les ha dicho “es que no hay dueño, es que no sabemos quién es, es que no podemos regularizar”. Y resulta que si viene la Iglesia y el banco, a ellos inmediatamente les entregan en comodato terrenos para que construyan su turismo y además les regalan un tanque de agua, que nos hace mucha falta y que ahorita, con la crisis del agua, se está evidenciando más todavía”, comentó Ericka.

Con respecto al acceso a la luz, Panín, miembro activo de la resistencia, añadió: “La Virgencita sí tiene luz, tú pasas en la noche y está bien alumbrada, pero hace un mes los vecinos de Cima [de la Loma] estuvieron cinco días sin luz, cuando hay adultos mayores, cuando hay niños pequeños, cuando hay gente con enfermedades, y es ¿cómo vas a estar sin luz?”.

«Qué incongruencia que para una construcción, mágicamente aparece el agua, aparece la luz; pero para la gente no hay una solución», denunció Panín.

Impactos sobre la cultura comunitaria y el sentido de identidad y pertenencia

Más allá de las afectaciones tangibles, que atentan de manera directa contra los derechos humanos de acceso a servicios básicos, las vecinas y vecinos de la Indepe también experimentan pérdidas sobre el sentido de comunidad que se vive dentro de la colonia.

Foto por Natalia Rodríguez
Foto por Natalia Rodríguez

Ante esto, Ericka añadió que la ejecución de los grandes proyectos propuestos por las entidades públicas y privadas, que buscan el desarrollo económico de la ciudad, terminarían por “desarticular el tejido social” de la comunidad.

Al imaginar vivir fuera de la Indepe, Laura comentó: “Yo he conocido gente que puede vivir muchos años a un lado de otra persona y no conocerla, nunca haber cruzado palabra con esas personas. Y uno aquí crece como si fuera tu familia, como si fueran tus hermanos”.

Asimismo, señaló que las personas que no son residentes de la colonia tienen una visión distorsionada de la vida dentro de ella. Sobre esto aclaró: “Cuando yo estaba chica, las casas eran de lámina o eran de tejabán. Ahorita ya no ves una casa de lámina. Si fuera la gente tan perdida o tan viciosa o tan mal vivida, no fuera así, nadie trabajaría para progresar; lo vamos haciendo poco a poco, sí queremos salir adelante, y eso nadie lo nota”.

Denunció también la falta de voluntad política de las autoridades para realmente proteger a los habitantes, en donde no es visible un interés genuino por el bienestar de la comunidad, pues afirmó que nadie nunca se ha acercado con los vecinos y vecinas a preguntarles qué es lo que necesitan para mejorar sus condiciones de vida.

Para Laura, la principal prioridad de las autoridades debería de ser el mejoramiento de las escuelas dentro de la colonia, que busque el aprendizaje integral de las alumnas y alumnos, a través de una variedad de clases, actividades y talleres recreativos para diferentes intereses. De acuerdo con Laura, una educación de calidad, que se interese por las preferencias y necesidades de cada estudiante, es la clave para mantener a la juventud alejada de “los vicios”, como el alcohol, las drogas y el crímen organizado.

“Porque si supieras atrapar su atención… que a este le gusta cantar, a este bailar, a esta jugar futbol, ahí ya no tendrían la necesidad de sentir un vacío del que no hallan qué hacer”, explicó Laura.

Resistencia

El mensaje de la Independencia hacia las autoridades es claro: “La Indepe no se vende”, el cual se ha visto expreso desde todas las trincheras de la resistencia. Con el paso de los años, y a pesar de los intentos del gobierno y empresas privadas por apropiarse de su territorio e impactar sobre sus vidas, la colonia se ha vuelto más resiliente gracias a las redes comunitarias que se han ido construyendo a través de la solidaridad, el esfuerzo y el compromiso de las y los habitantes de la zona por salir adelante.

Por su parte, las juntas vecinales, en las que se discuten las problemáticas que experimenta la colonia, así como los avances en materia legal y jurídica, se han realizado manifiestos y peticiones hacia oficinas de gobierno estatales y municipales para la detención de las obras.

De la misma manera, a través del perfil de Instagram @desdeelriohastalaloma, se lleva el activismo de la colonia a las redes sociales, donde se documentan con imágenes y videos los esfuerzos de resistencia. Desde esta cuenta, además de promocionar los eventos culturales en la colonia e invitar a lxs vecinxs a unirse a las marchas y protestas, se la de difusión a la iniciativa “Las niñas y niños de la resistencia”.

Este proyecto, promovido por “Panín” Hernández, ilustrador creativo, Julio “Colombias”, artista cultural, y Luz Verónica Gallegos, educadora con perspectiva de género, busca fomentar los valores de identidad y pertenencia de la colonia desde la infancia. Lo anterior, se realiza a partir de actividades recreativas, con clases de música y arte, en las que se refuerzan los valores de solidaridad, respeto y resistencia.

El pasado 1 de junio, se llevó a cabo una convivencia entre las niñas y niños de los barrios de Tanques y Cima. La maestra Luz, quien les imparte clases de música, organizó este encuentro como parte de la resistencia cultural de las colonias por defender su territorio. Los niños de ambos barrios cantaron y grabaron la versión feminista de la canción «Arroz con Leche».

Cuando se nace y crece bajo un contexto de lucha constante, en el que tiene que reafirmarse y reconocerse el sentido de identidad hacia las autoridades e instancias privadas, la semilla de la resistencia es cultivada desde temprana edad, y florece gracias al respeto y cooperación que se vive en comunidad. El caso de la colonia Independencia no es la excepción; no discrimina entre géneros, edades o situación social, con su diversidad tan característica, está más viva y latente que nunca.

Foto por Natalia Rodríguez
Foto por Natalia Rodríguez

Topo Chico

Lo que comenzó como una empresa pequeña que proveía de trabajo a las personas locales, hoy se ha convertido en una fuente de obstrucción, desplazamiento forzado y percepción de inseguridad para las y los residentes. Además de que su expansión ha debilitado el sentido de comunidad, pues las personas han perdido acceso a lugares que son patrimonio cultural e histórico, así como que han dejado de transitar frecuentemente la plaza y las calles principales.

Dentro de la colonia, un discurso común es que las vecinas y vecinos se cuestionan cómo una empresa con presencia mundial, como lo es la embotelladora, se apropia de espacios públicos, escuelas y saquea los recursos naturales de la zona. Así como que relega las necesidades básicas de los y las habitantes para priorizar el crecimiento industrial. “Quieren agarrar la biblioteca, quitar la plaza y cerrar para que así entren a cargar y descargar los tráileres”, comentó Miriam, quien reside en la colonia Topo Chico y forma parte del equipo de juntas vecinales.

 

Foto por Dania González
Foto por Dania González

Fundación y expansión industrial en el Topo Chico

Ubicada en el municipio de Monterrey, en las faldas del cerro del Topo Chico, el origen de la colonia data del 5 de mayo de 1603. El gobernador del estado, Diego de Montemayor, otorgó una merced de cuatro caballerías de tierra a Marcos González Hidalgo, quien es considerado el fundador. Fue de esta manera que surgió la Comunidad de San Bernabé del Topo Chico.

La zona geográfica es rica en manantiales naturales de aguas sulfurosas que le dio fama a la colonia. Las vecinas mencionaron que incluso había “baños termales que mucha gente venía a visitar porque eran supuestamente curativos”, comentó Juanita, quien siempre ha sido residente de la colonia. En la calle Salinas, donde hoy se encuentra la plaza principal, salía un “chorrito” que proveía de agua a las y los habitantes. Fue ahí donde nació la embotelladora de Agua Mineral Topo Chico en 1895.

Aunque Grupo Coca-Cola y Arca Continental tienen los derechos de la embotelladora de agua mineral Topo Chico, no fue hasta la segunda década del siglo XX que Manuel L. Barragán se encargó de expandir y consolidar la marca por medio de diversas estrategias de marketing y publicidad. En 1970 los baños de aguas termales y sulfurosas fueron cerrados y ya no hubo acceso al público. Dentro de las concesiones de agua, que datan de 1903, se otorgaron los derechos de la zona donde se localiza -o localizaba- el manantial, a la compañía. Actualmente en esa esquina de la calle Villaldama se ubica el museo de la embotelladora.

En los inicios la compañía era vista como una fuente de apoyo para los y las habitantes del Topo, pues mientras esta se expandía, la colonia también lo hacía. Sin embargo, con los grandes procesos de industrialización para cumplir con la oferta y demanda de sus productos, hoy en día se convirtió en una fuente de malestares que aquejan a los y las vecinas del Topo.

Problemáticas actuales

Dentro de la colonia, en donde los suelos son de uso habitacional, existen planes de expansión industrial en distintas zonas. El objetivo: aumentar la oferta de la línea de productos. “Ahora ya se quieren agarrar hasta la biblioteca y toda esa calle. Quieren cerrar. O sea, ellos se quieren adueñar de la colonia”, expresó Miriam. Actualmente se tienen contempladas dos grandes construcciones: una nueva  nave de producción y otra obra cerca de la avenida Almazán, por la calle Juárez, aseguró Miriam. La vecina también explicó que “esta es la mega obra en la que van a hacer la cerveza, la seltzer. Esta la van a hacer aquí y al momento que terminen esta obra es cuando van a aumentar los tráileres”.

“Ponle tú que es una fuente de trabajo, pero ya a muchos vecinos les están comprando sus terrenos, sus casas”, expresó la señora Juanita. Por su parte, Miriam explica que, dentro de los diálogos y sesiones abiertas con Carlos Escobar, administrativo de la embotelladora que se encarga de los proyectos y la escucha a los y las habitantes de la colonia, él comentó que por ahora no existen más planes de compra de propiedades.

Afectaciones materiales en el Topo

Movilidad interna y externa

Miriam menciona que actualmente entran 30 tráileres, por turno, a la zona. De esta manera, al día son un total de 90, los cuales causan obstrucción en la entrada principal a la colonia, la calle Terán. También se encuentra una parte del área de carga y descarga de la embotelladora alrededor de la plaza principal. Si se llevara a cabo la nueva nave, la cantidad de camiones de carga aumentaría hasta 300 por día. En la misma zona se ubican escuelas primarias y secundarias, por lo que los camiones representan un riesgo para las infancias que transitan por la zona al inicio y término de su horario escolar.

La desaparición de las rutas de transporte público que pasaban por dentro de la colonia también es otra consecuencia del aumento de tráileres. La vecina explica que cuando empezaron a transitar más camiones de carga, dejó de funcionar la ruta 37, que cumplía su camino hasta el Centro de Monterrey y brindaba servicio a las colonias Niño Artillero, Hidalgo, Tierra y Libertad, y Topo Chico. De esta manera, los vecinos y vecinas tuvieron que cambiar su manera de transportación hacia avenidas que se encuentran en la periferia de la colonia. Lo que significa más tiempo de traslado, así como recorrer distancias más grandes.

Seguridad

Las personas que habitan en la colonia Topo Chico viven en constante preocupación por el tránsito de los camiones de carga: desde golpes a carros y estructuras, hasta accidentes viales. “Las personas adultas ya no pueden ir a la plaza por el miedo de que algo les pase”, compartió Miriam. También detalló un incidente específico en el que una mujer de la tercera edad fue arrollada por un tráileres. Otro aspecto que concierne a los y las vecinas es que “en ocasiones son ellos los que revientan los cables de luz”, detalló Luis Angel, un joven que habita en frente de la plaza principal de la colonia y la entrada principal de la embotelladora.

Dentro de la seguridad también se encuentra el riesgo de la planta productora. Al irse expandiendo la compañía, comenzó a tomar más lugares habitacionales y de esta manera los contenedores de dióxido de carbono se hallan próximos a casas. “Ellos quieren comprar todo ese pedazo para poner más tanques de dióxido de carbono”, explicó Miriam haciendo referencia a la zona de la calle Bustamante entre Terán y Juárez.

Pérdida de espacios comunitarios y de carácter cultural e histórico

Con la apropiación de los baños termales, la compañía también tomó propiedades como la primera escuela del Topo, el Antiguo Hotel Mármol, y el Hotel Topo Chico. De acuerdo con administrativos de la embotelladora, se están llevando a cabo remodelaciones internas del lugar donde se encontraban los baños termales. “Dijeron que ahí iban a remodelar y que de lo que había antes de los baños termales ya no hay”, expresó Miriam. Esto con el propósito de “supuestamente van rescatar y proteger la fachada de la escuelita, pero ya para adentro no hay nada como era antes”, añadió.

Todas estas propiedades son patrimonio del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Sin embargo, su protección no ha sido garantizada por el gobierno municipal. Actualmente el Hotel Mármol es utilizado como oficinas administrativas de la embotelladora.

Saqueo de agua

Desde 1906, la Topo cuenta con una concesión que le permite extraer el recurso natural de distintos puntos en la colonia; han sido 20 pozos en la zona desde que se autorizó. Sigue funcionando de manera normal incluso en la actual crisis hídrica por la que atraviesa Nuevo León. “Se están adueñando también de las escuelas, de la secundaria”, expresó Juany. Esto debido a que en dichas propiedades hay veneros que le interesan a la compañía para extraer más agua.

El pasado 6 de junio de 2022, la Secundaria No. 24 “Hermanos Flores Magón”, ubicada enfrente de la embotelladora y a un lado de la plaza del Topo, participó en el lanzamiento del programa “Escuela de lluvia”. Dicha iniciativa, que consiste en “dotar agua a escuelas que se encuentren en colonias con mayor estrés hídrico” fue inaugurada la mano del alcalde Luis Donaldo Colosio. Según una nota de Milenio, se destinaron tres millones 700 mil pesos para el programa que está financiado por el sector privado y el municipio de Monterrey. Arca Continental y la Fundación Coca-Cola participaron en la construcción de la infraestructura para el sistema de captación.

Dentro de los diálogos con Escobar “dijo que ya habían hablado con las directoras del Kinder igual para apoyarlas, igual que a la Secu 24”. Miriam añadió que “eso es para beneficio de ellos, para agarrar el agua”.

Impactos en la cultura y comunidad

Si bien hay aspectos tangibles que atentan contra el bienestar y los derechos humanos de la comunidad, también existe un deterioro del patrimonio, la unión y la cultura dentro de la colonia. Las vecinas relatan que el sentido de comunidad se ha visto afectado por la expansión industrial de la embotelladora. Así como que, aspectos que han acompañado tanto a la compañía como a los vecinos y vecinas, les han sido arrebatados.

Juanita comenta que antes, aproximadamente hace más de 50 años, se llevaban a cabo bailes, eventos y las personas hacían uso de los lugares recreativos como la plaza principal. En cuanto al papel de la embotelladora, menciona que “hacían trabajo social para enseñar a la gente a hacer manualidades. A mí me tocó ir. Eran para la comunidad, no era necesario que fueras familiar de algún trabajador, era para la gente de la colonia”. Juany, por suparte añadió que “antes era bonito porque había mucha unión. Desgraciadamente ahorita ya todo es puro interés”.

Como parte de la preservación del patrimonio histórico y social, la mesa de juntas vecinales ha hecho denuncias ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia. “Lo hacemos con el objetivo de recuperar y preservar, eso se puede recuperar para beneficio de la misma comunidad para que los niños de las escuelas puedan ver cómo era antes la colonia”, compartió Miriam. Esto porque para visitar el actual museo es necesario pedir una autorización.

Resistencia

A pesar de la expansión industrial dentro del Topo, la población sigue trabajando para detener estos procesos industriales y de deterioro en su calidad de vida. La unión que se veía antes se ha transformado en espacios de resistencia y lucha para mejorar tanto los espacios como el patrimonio cultural existente. El pasado y presente de la colonia propicia el trabajo en equipo y la integración de la comunidad para la creación de un mejor futuro para los habitantes.

Dentro de la colonia existe el grupo de juntas vecinales 5 de febrero. El cual, se reúne cada semana para discutir temas de relevancia: espacios de recreación para las personas mayores, la mejora de la plaza principal, y los avances -o retrocesos- con respecto a la embotelladora. Como parte de las acciones que ha implementado el grupo se encuentra el establecer denuncias ante distintas instancias: Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Protección Civil del Estado, el gobierno municipal y las oficinas de tránsito en Monterrey.

En una carta firmada por la Asociación de vecinos unidos por la colonia Topo Chico y dirigida al alcalde Luis Donaldo Colosio se lee “manifestamos rotundamente nuestra oposición para la venta, renta, privatización total o parcial u otros recursos legales o ilegales a cualquier empresa, como la plaza donde está la biblioteca, la plaza con el Kiosco y los juegos infantiles, la biblioteca y las calles para libre tránsito”.

La difusión de las acciones así como de información relevante ante los diversos temas que conciernen a la junta vecinal se realiza por medio del grupo de Facebook “Salvemos al TOPO CHICO”. Actualmente en el grupo del 5 de febrero hay 22 integrantes. “Queremos ir casa por casa para ir repartiendo volantes y recopilando firmas”, compartió Miriam.

El mensaje de los y las vecinas de la colonia es contundente: buscan, no solo respuesta, sino que también acciones significativas desde el gobierno para la mejora de su calidad de vida, dignidad y la garantía de sus Derechos Humanos. Así como un alto a los procesos industriales causados por la embotelladora, dentro de la colonia Topo Chico para que el bienestar de sus habitantes sea puesto como prioridad y se salvaguarde.