El pasado 1º de octubre llamó la atención el saludó que la Presidenta Claudia Sheinbaum le ofreció a la Ministra Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña: un beso y un corto abrazo.
Estaban tres mujeres representando a los tres poderes. Las acompañaba en ese histórico presídium la maestra Ifigenia Martínez, Presidenta de la Cámara de Diputados, quien fallecería unos días más tarde. Tres presidentas.
Ese cordial saludó para muchos representó una nueva era de comunicación, diálogo e intercambio de opiniones entre los poderes Ejecutivo y Judicial, relación que prácticamente se dinamitó en el sexenio que encabezó Andrés Manuel López Obrador a base de insultos, descalificaciones y cerrazón al diálogo.
La aprobación de la Reforma Judicial ha provocado descontentos y mucha incertidumbre entre los impartidores de justicia. Desde las trincheras del Poder Judicial Federal, así como de los locales, únicamente se argumenta que no les “están quitando privilegios, sino sus derechos”. Sin embargo, nunca hubo un intento de contrapropuesta con mejoras sustanciales para la impartición de justicia. Se centraron en descalificar la narrativa del Estado con argumentos tan vacíos como “quieren disvolver al Poder Judicial porque nos encaminamos hacia una dictadura”.
A pesar de los encontronazos mediáticos, parece que la relación, al menos en términos de comunicación y diálogo, durante el nacimiento del sexenio de Claudia Sheinbaum será de apertura y escucha mutua. Eso podría interpretarse con el recibimiento que tuvo Nomra Piña en la Casona de Xicoténcatl al acudir a la conmemoración por el Bicentenario de la instauración del Senado de la República en ese histórico recinto.
“Estamos de inicio en el restablecimiento del diálogo y de ver si es posible que logremos un acuerdo de transición. Eso es lo que estoy diciendo, pero no hay más acuerdo que la comunicación y el diálogo en este momento”, dijo el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña. Esto, luego que sostuvieran una reunión con la Ministra Piña, a la que también fueron convocados Adán Augusto López, coordinador de la bancada de Morena en el Senado, e Ignacio Mier.
En política no hay casualidades, pero sí causalidades. El ambiente de encono en una reforma trascendental requiere adecuaciones y ser perfeccionada. Todo con un único objetivo: mejorar el sistema de impartición de justicia en México.
El acuerdo ha sido buscar puntos de coincidencia, algo necesario y obligatorio en cualquier sistema democrático. Hoy el debate ya no debe ser la Reforma Judicial, sino cómo se aplicará y comenzará a cambiar todo lo que ya no sirve en sistemas tan añejos que han ocasionado que personas inocentes o sin sentencia pasen 20 años como procesados “en lo que llega su sentencia”.
La convocatoria puede ser vista como un movimiento sensato y que muestra la madurez política de un personaje político que para muchos es aguerrido e insensato como Noroña. Pero la práctica parece decir lo contrario.
Aunque la Presidenta Claudia Sheinbaum dice no conocer los temas que se trataron en la reunión, es muy seguro que ella espere lo mismo que la ciudadanía: un entendimiento mejor entre poderes en busca de implementar políticas públicas que terminen beneficiando a todos. La postura de la Primera Mandataria mexicana refleja el cambio de timón en temas de comunicación, comunicación política e institucional. Entendió que hay voces que deben ser escuchadas y no acaparar ella el micrófono.