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Fiel a su estilo misógino y conservador, el Presidente Electo de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que fue «muy duro con México. Hablé con la nueva Presidenta, una mujer que fue encantadora y maravillosa, la Presidenta Sheinbaum».
Esto, luego de anunciar con bombo y platillo en una convención de ultraderecha en Estados Unidos que tan pronto asuma el poder el próximo 20 de enero declarará a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Esta decisión abriría de manera unilateral la puerta para que el Gobierno de Trump decidiera invadir México con el objetivo de terminar con los cárteles.
El argumento de Trump, así como de sus aliados conservadores, es que las drogas que llegan a su país desde México se han convertido en armas letales. «He informado a México que esto no puede continuar», aseguró el republicano.
El acuse de recibo desde Palacio Nacional fue tajante: «No aceptamos injerencismos en nuestro país», dijo la Presidenta Claudia Sheinbaum.
«México colabora, está en coordinación, y trabaja en conjunto con Estados Unidos, pero nunca nos vamos a subordinar». Con esas palabras la titular del Ejecutivo Federal dejó firme la postura de México sobre un tema que compete a ambas naciones.
Y es que como lo mencionó durante su conferencia mañanera, «allá (en Estados Unidos) se consume la droga, principalmente, de allá vienen las armas, y aquí ponemos las vidas, eso no».