
El reciente discurso de SM Rey Mohammed VI, pronunciado con motivo de la apertura de la primera sesión del quinto año legislativo de la 11ª Legislatura, constituye una auténtica hoja de ruta para el desarrollo del Reino en los próximos años. Con tono firme y visión estratégica, el Soberano delineó los pilares sobre los que debe asentarse la acción pública: la responsabilidad institucional, la justicia social y territorial, la innovación tecnológica y la movilización colectiva.
SM el Rey reconoció el papel fundamental del Parlamento en la consolidación del sistema democrático marroquí, valorando su labor legislativa, de control y de evaluación de las políticas públicas. Asimismo, subrayó el fortalecimiento de la diplomacia parlamentaria y partidaria, llamando a trabajar de forma complementaria con la diplomacia oficial. Este reconocimiento refuerza el papel del Parlamento como actor esencial en la representación ciudadana y en la construcción de un Estado moderno y participativo.
En su intervención, el Soberano exhortó a los parlamentarios a actuar con compromiso, seriedad y sentido de responsabilidad durante el último año de la legislatura. Los invitó a culminar las reformas y proyectos pendientes, promoviendo una verdadera cultura de rendición de cuentas. Con ello, el discurso eleva la ética de la responsabilidad como valor esencial de la vida pública.
SM el Rey insistió en que no debe existir antagonismo entre los grandes proyectos económicos y los programas sociales. Ambos deben complementarse en la búsqueda del bienestar ciudadano. Este enfoque integral apunta hacia un modelo de desarrollo inclusivo y equilibrado, donde la prosperidad económica y la justicia social se refuercen mutuamente.
El discurso reafirmó que la justicia social y la reducción de las desigualdades territoriales constituyen estrategias de Estado a largo plazo, y no simples consignas. El desarrollo local fue definido como el verdadero reflejo del progreso nacional. Así, se consolida la visión de un Estado solidario, centrado en la equidad y en el bienestar de todos los ciudadanos, sin distinción de territorio o condición.
El Monarca llamó a poner en marcha programas de desarrollo más ágiles, de impacto tangible y con una distribución equilibrada entre las zonas urbanas y rurales. Entre las prioridades destacan la promoción de iniciativas locales, la creación de empleo juvenil, el fortalecimiento de la educación y la salud, y la búsqueda del equilibrio territorial. Se trata de una agenda moderna, basada en la eficiencia y la inclusión.
El Soberano dedicó una parte significativa de su discurso a las regiones que requieren una atención especial: las zonas montañosas, los oasis, el litoral nacional y los centros rurales emergentes. Estas áreas, que representan la diversidad geográfica y social del país, deben ser objeto de políticas adaptadas y sostenibles, orientadas a mejorar la calidad de vida y reducir las brechas de desarrollo.
El Rey hizo un llamado a la acción conjunta de todos los actores nacionales: gobierno, Parlamento, partidos políticos, sociedad civil y medios de comunicación. La unidad de esfuerzos y la convergencia de voluntades se presentan como condición indispensable para superar los desafíos y avanzar en los grandes proyectos nacionales.
El discurso de SM el Rey Mohammed VI se distingue por su claridad, pragmatismo y visión de futuro. Plantea una estrategia integral para construir un Marruecos más justo, eficiente e inclusivo, donde la responsabilidad, la tecnología, la equidad territorial y la participación colectiva sean los pilares del progreso. En esencia, se trata de un llamado a la movilización nacional para consolidar el modelo de un Marruecos emergente, solidario y moderno, un país que avanza con confianza hacia un desarrollo sostenible y equitativo para todos.





