La comunicación actual: “Dime cómo lo haces, para creer lo que dices”

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Estos tiempos en los que se habla constantemente de diversidad, de pensamientos distintos, de maneras diferentes de ver la vida política, social, educativa y económica de nuestro país, cotidianamente observamos que esas diferencias que deberían ser motivo de orgullo y muestra de la riqueza intelectual de nuestra sociedad, no son mas que canales de enfrentamiento, de mostrar posicionamientos públicos, llegando incluso a la violencia verbal y psicológica.

Recuerdo a mis maestros en la universidad decirnos: la política y la religión no la coloquemos como temas de discusión en la mesa de café. Jamás hubieran imaginado por allá en la década de los noventa, que años mas tarde las redes sociales iban a revolucionar la forma de comunicarnos y convertirse prácticamente en un ring del debate social, sin ocupar la mesa del café.

La forma de comunicar la política de un ciudadano de a pie es diametralmente opuesto a los que gobiernan, a los activos que presumiblemente lo han hecho durante toda su vida. Un ciudadano, vive, siente desde la operación de la misma, de lo que resulta de esas políticas económicas, sociales, educativas, entre otras tantas. Por ello las redes sociales se han vuelto el micrófono abierto del mundo. Con ello, surgen las distintas voces que no habían estado calladas, simplemente que su voz se escuchaba tan solo en un entorno de la mesa de café.

Ante estos hechos que suceden a diario, las preocupaciones aumentan de los que hacen política, de los funcionarios estatales, federales, de los trabajadores de atención al público, casi en todas las áreas de la vida política hay cautela, sobre lo qué se dice, cómo se dice y lo que no se dice, porque todo está bajo el escrutinio de la ciudadanía y la diversidad cultural y social se hacen presente en las opiniones de las redes sociales. Aquí empieza la línea delgada de lo que se llama libertad de expresión y acusación o el mostrar alguna fobia y este escenario es ideal para expresarlo de forma autógrafa o anónima.

Pero, derivado de lo anterior, ¿cómo mejorar la comunicación política entre los ciudadanos? ¿cómo decirle a la población que las cosas se hacen y se hacen bien? estas palabras, se escuchan en todas las mesas de trabajo, de muchas dependencias de gobierno tanto federal como estatal; pero en muchas de ellas, no se hace absolutamente nada. Solo se menciona, pero nada se hace. A este punto tendrían que llegar los dos estados que este año van a elecciones electorales: ¿cómo comunico mis políticas públicas? ¿la población está percibiendo las acciones realizadas? ¿qué pasó con la imagen, en cuestión de trabajo, de mis funcionarios gubernamentales? en ocasiones debemos voltear a ver el ring social de las redes para escuchar lo que la vox populi intenta decir a gritos.

Estudios sociales argumentan que un gobierno que sabe comunicar, crea empatía con sus gobernados y al final dicha comunicación efectiva, abona en sus contiendas electorales.

La comunicación política es tan valiosa, decir las palabras correctas, en el momento correcto, es abrumadoramente bien recibido.

Nuestra sociedad requiere de respuestas, de los cómo le hizo, de cómo me beneficia, si se llevan a cabo ciertas políticas o no. Como lo mencionaba al principio; este país, es diverso sobre todo de pensamientos, hay que impedir con acciones, que la gente se baje del ring de la descalificación más no del debate social, porque en ese debate hay miles de coincidencias, todos quieren recibir sus derechos universales y fundamentales -de calidad- como la educación y la salud, tarde o temprano tener una casa propia, poder pagar los servicios básicos, con trabajo, produciendo para su país. Pero, al mismo tiempo, recibir de la autoridad, con debida transparencia la información pública que afecta lo privado.

Las de chile seco…

 

En los tiempos del coronavirus ejercer el federalismo es gobernar la diversidad y los diferentes México que existen, no puedo imaginarme a Alemania sin él, menos a nuestro país, pero como dice mi papá: a todo se acostumbra uno, menos a no comer zacahuil.

Nota al margen:

Zacahuil: comida huasteca preparada con masa, chile, carne de pollo y puerco, horneado.

Las de chile seco: expresión usada para pedir las enchiladas con el tipo de chile producido en la región huasteca.