Por María José Valencia E.
Lamentablemente, el día 17 de abril falleció en Manhattan por coronavirus la arqueóloga, historiadora y socialité Iris Love.
El mismo día que el hombre llegó a la Luna en 1969, la arqueóloga descubrió una plataforma circular de mármol en Knidos, en la costa suroeste de Turquía. Tras investigaciones, se dieron cuenta que Iris había descubierto restos pertenecientes al templo de Afrodita, construido en el siglo IV a. C. En los periódicos de aquel año se leía: “Love Finds Temple of Love”. Pero Iris no sólo dedicó su vida a la historia, puesto que más adelante decidió criar y patrocinar perros de raza para que compitieran en el concurso anual de Westminster Kennel Club. Su amor por los perros salchicha la hizo cuidar de más de 40 ejemplares y los bautizaba nada más y nada menos que con nombres de personajes de la mitología griega.
El mismo día que el hombre llegó a la Luna en 1969, la arqueóloga descubrió una plataforma circular de mármol en Knidos, en la costa suroeste de Turquía. Tras investigaciones, se dieron cuenta que Iris había descubierto restos pertenecientes al templo de Afrodita, construido en el siglo IV a. C. En los periódicos de aquel año se leía: “Love Finds Temple of Love”. Pero Iris no solo se dedicó su vida a la historia, puesto que más adelante decidió criar y patrocinar perros de raza para que compitieran en el concurso anual de Westminster Kennel Club. Su amor por los perros salchicha la hizo cuidar de más de 40 ejemplares y los bautizaba nada más y nada menos que con nombres de personajes de la mitología griega.
Sus lazos con gente de la alta sociedad no eran sorpresa, puesto que provenía de una familia aristócrata. Su padre, Cornelius Ruxton Love Jr., un inversionista y coleccionista de arte, era descendiente del padre fundador Alexander Hamilton. Su madre, Audrey Barbara Josephthal, era una filántropa, heredera de las fortunas Guggenheim y de la firma de inversiones Josephthal & Company. Según la revista Times, la arqueóloga hablaba griego, francés, alemán, italiano y turco, y se defendía en mandarín, ruso y árabe. Y se encontraba estudiando para aprender portugués. Se graduó de la universidad privada de artes liberales para mujeres Smith College en 1955 y obtuvo una maestría del Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York. Sólo le faltaba escribir la tesis para doctorarse, pero no le fue posible debido a sus múltiples viajes a Knidos para supervisar la excavación y hallazgos arqueológicos, más los eventos para recaudar fondos. Luego se convirtió en profesora asistente de arqueología en la Universidad Long Island y en varias otras universidades. Vivió entre Italia, Grecia y Nueva York durante décadas.
Con la vida tan excéntrica como la que llevaba, el trabajo que logró como arqueóloga no estuvo exento de polémica. Puso en duda la legitimidad acerca de piezas encontradas en algunos de los museos más importantes del mundo, seduciendo a la prensa de una manera poco común para alguien de su rama. Después de una vida tan llena de acontecimientos, chismes y demás, Love se retiró de la arqueología, se dedicó a criar perros de raza, confiaba en las personas que amaban a los animales y que bebían alcohol; le aliviaba saber que Afrodita no haya exigido perros como tributo, según lo que contó a la Revista de Nueva York en 1996. A sus 86 años de edad, descansa en paz y nos despedimos con amor de la conquistadora del templo de la diosa que lleva su nombre.