Por M. Tuda.
Si bien hay que recalcar que el Jazz es uno de los géneros que ha cambiado indudablemente el curso de la historia de la música, es cierto que desde sus orígenes ha sido un género multicultural.
El jazz (según los expertos) tiene su origen en Nueva Orleans a mediados del siglo XIX (Cf. Cf. Frank Tirro, Historia del jazz clásico, pág. 27.) Si hacemos memoria, simultáneamente sucede la segunda revolución industrial, el poder de las máquinas tomando los campos laborales e industriales del mundo.
El jazz conmueve debido a la unidad del ritmo y la mecánica, cierra la página de los conservatorios europeos. El jazz contiene pasado y presente.
Le Corbusier escribe en 1935:
“Los afroamericanos…han aprendido de los sonidos de la industrialización (el chirrido de los tranvías, la insania desencadenada del subterráneo, el martilleo de las máquinas) la voluntad del tiempo moderno y con él han hecho música
El jazz de Manhattan son rascacielos que se yerguen en el cielo de la infinidad…” – Cuando las catedrales eran blancas, capítulo 4.
Como leemos, para Le Corbusier el jazz es en sí un entendimiento de las tradiciones (afroamericanas), combinado con lo que sucedía en Estados Unidos y el resto del mundo (la modernización de los tiempos).
El jazz es la primer gran conquista de la cultura afroamericana (después de la abolición de la esclavitud) en los Estados Unidos. El jazz se popularizaba en un país donde se respiraba – mejor dicho, aun se respira – el racismo en contra de la cultura afroamericana. Mientras figuras como Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Herbie Hancock, Milles Davis, Billie Holiday, Duke Ellignton, John Coltrane, Nina Simone, entre muchos otros, peleaban por la igualdad de derechos haciendo música.
“…el jazz no es sólo un estilo de música, sino que también contribuye a la construcción de sociedades más inclusivas”, menciona la UNESCO.
Si bien en otros artículos hemos hablado del lenguaje de los objetos o de las plantas, la música de igual forma tiene un lenguaje que rompe barreras. Las emociones no tienen raza, color o religión. La música tiene su propio idioma y me atrevo que a decir que el jazz es el género internacional por excelencia.
Por este y otros motivos, el 10 de noviembre de 2011, durante la Conferencia General de la UNESCO, la comunidad internacional proclamó el 30 de abril como el «Día Internacional del Jazz».
Pero, ¿cómo sentirse identificado con música que tiene otros orígenes? ¿Cómo encontrar mis emociones en las notas o palabras de personas que hicieron historia el siglo pasado?
Dejándonos llevar por nuestras emociones, los sufrimientos, el amor y la alegría son emociones humanas, no americanas o europeas. El jazz, logra una atemporalidad debido al entendimiento de la condición humana ante los sentimientos; el jazz tiene un origen particular, sin embargo, creo profundamente que nos representa a todos.
Herbie Hancock, uno de los pianistas norteamericanos más importantes en la historia del jazz y embajador de la buena voluntad de la UNESCO, comentó:
“Ahora más que nunca, unámonos y difundamos la ética del movimiento global del Día del Jazz alrededor del planeta y usar esto como una oportunidad de oro para que la humanidad se reconecte especialmente en medio de todo este aislamiento e incertidumbre.”
Encontremos en las notas, un lenguaje de esperanza que se entenderá tanto en México, como en China.