Por María José Valencia E.
Las románticas cenas en barco por el Río Sena de noche, las caminatas a lo largo de Champs Elysées, las vistas guiadas por el Louvre, los edificios de color crema, el sabor único de los macaroons y el tradicional show de luces de la Torre Eiffel. Este cuento de hadas no va a ser posible para ningún enamorado o turista este verano 2020 y aquí el porqué.
París es la ciudad más visitada al año, con alrededor de más de 7.1 millones de turistas cada año, según datos recolectados por una de las principales agencias de viajes. La capital de Francia es altamente codiciada a nivel mundial. Pero este periodo vacacional (junio – julio 2020) se espera que el sector turístico del país permanezca cerrado para los visitantes no pertenecientes a la Unión Europea, al menos hasta el 15 de junio, según el ministro del interior Christophe Castaner. El viaje transfronterizo seguirá siendo la «excepción», dijo.
De igual forma, cualquier viajero que ingrese a Francia desde fuera del área de Schengen, ya sea ciudadano o extranjero, se enfrentará a una cuarentena obligatoria de dos semanas a su llegada. Y los suertudos que están exentos de esta regla son aquellos que ingresen desde países de la UE o del Reino Unido, pero el ministro de Salud, Olivier Véran, ha sugerido que Francia se reserva el derecho de imponer restricciones específicas «si la situación epidémica se descontrolara en uno de los países Schengen».
Y como todo lo que sucede en el mundo, debido al coronaviurs es imposible decir con certeza para cuando el turismo en Francia se habrá reanudado. C’est la vie.