¿A qué le tiras cuando sueñas tabasqueño?

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Por Eduardo López, economista y docente de la UP.

Desde que tengo memoria he escuchado a familiares, amigos y otras personas, hacer uso de la sabiduría popular. Es decir, los refranes, uno de los más comunes: “nadie escarmienta en cabeza ajena…” que significa que solo podemos aprender de nuestras experiencias y no de la de otros pero, también existe aquel que dice: “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar…” que, sin duda puede ser interpretado como ser precavido o tener prudencia en el actuar, pero esto, ¿qué tiene que ver con un tabasqueño?

Nos encontramos a menos de un mes de terminar teóricamente, con el encierro. Se acabará el confinamiento y en principio, todo volverá a la normalidad, el problema radica en que, la normalidad antes de la pandemia, no era nada alentadora, nuestro país fue presa de una pandemia en medio de un gran problema económico, no solo llegamos con un crecimiento inexistente, sino que, empezamos a poner los pies en terrenos negativos, problemas de violencia cada vez mayores, contracción del mercado interno, aumento de desempleo, algunos incluso, hablan de la desaparición del estado de derecho.

Entonces, si esa normalidad no era tan alentadora, ¿por qué queremos regresar ahí?, pero sobre todo ¿por qué el hijo predilecto de Macuspana insiste en que volvamos ahí?, perdón corrijo, él no quiere que regresemos a ese punto de la historia, él quiere que lleguemos a un escenario mucho peor, en los últimos días no se ha cansado de atacar a quienes no piensan como él, algo que no es nuevo, lo que si es nuevo, es que decidió tantear el terreno para lanzar una iniciativa que le permitiría tener mayor control del dinero del país, sin necesidad de que la Cámara de Diputados intervenga o diga una palabra. Habló de una emergencia, algo que provocó en un servidor gran alegría, porque significaría que está entendiendo que las cosas no están bien y el pueblo no es feliz, feliz, feliz pero, cuando se arma el rompecabezas, nos damos cuenta que la emergencia es, que ya no tiene dinero para mantener sus promesas, programas clientelares y obras faraónicas sin sentido.

Decidió entonces intentar tomar el control de las finanzas públicas (casi muertas) para así tener la posibilidad de tomar recursos de temas que pareciera que tienen poca importancia para el como son salud, educación, seguridad, infraestructura entre otros y canalizarlos a las dádivas y ocurrencias que desde palacio surgen, sin embargo, queda claro que su desconocimiento de la cuestión económica, solo puede ser superado por una piedra de río (sin ofender a las piedras), sigue exaltando las supuestas bondades que dos bocas tendrá, está completamente seguro que el petróleo será nuestra salvación, Pemex no solo tiene pérdidas, hoy la empresa en realidad si analizamos sus estados financieros, ya no vale ni siquiera un barril de petróleo.

Este escenario ya se ha vivido en el país, recuerda usted haber escuchado de lo que sucedió en los 70´s y 80´s, claro en esa época, “ya saben quién”, no era mas que un peoncillo más del añejo aparato priista, él no estuvo en la línea que le permitiera tomar esa experiencia y aprender algo, sin embargo, hay que reconocerle que tomó una decisión que impactaría su vida y hoy la de millones de mexicanos, decidió quedarse ideológicamente en esa época y a pesar de tener datos de lo que sucedió y una esposa cuya área de profesionalismo es la historia, ha decidido que no es momento de poner a remojar sus barbas porque él, el tiene otros datos.

Económicamente, el fin de la cuarentena no pinta nada bien, sus modos tampoco son del agrado de muchos, la prueba, en el primer trimestre del año el PIB cayó 2.4%, Pemex perdió 562 mil mdp y sus exportaciones cayeron aproximadamente 47% y la mitad de los Estados de la República presentan una caída en su PIB, pero eso sí, el morador de palacio nacional, decidió que si bien habría que entrar en medidas como la cuarentena, de ninguna forma se podría detener toda aquella acción que estuviera encaminada a cumplir sus caprichos perdón, políticas públicas; en su idilio el sigue pensando que nada malo puede suceder.

Hoy tristemente podemos ver lo caro que puede ser no poner un poco de atención a la sabiduría popular, las barbas de todos los que nos rodean se están cortando y la decisión de la transformación de cuarta, es que nosotros no solo no pondremos a remojar las nuestras, sino que las dejaremos crecer más, porque el presidente, apenas está viviendo algo que ni siquiera estamos seguros que le deje un aprendizaje y en el inter, seguirá soñando que nada está mal, que todo está bien y todos los demás nos seguiremos preguntando ¿a qué le tiras cuando sueñas tabasqueño?.