Pensamientos sobre el momento en que se dejó de querer y se comenzó a despreciar
Recientemente la plataforma de streaming musical Spotify, enfrentó una oleada de polémica tras retirar una canción del “¿cantante?” Bad Bunny, Safaera. Con el argumento de que la compañía rechazaba categóricamente cualquier canción que promoviera la violencia contra la mujer; a las calles no, pero a las redes acudieron usuarios –en su mayoría jóvenes- a reclamar el acto de “censura” realizado.
Horas más tarde comenzaron las publicaciones que exigían el retiro de las canciones de Johnny Escutia puesto que las letras incitaban al feminicidio, inclusive “describiendo con detalles aterradores cómo asesinar y deshacerse del cuerpo”, se leía en las demandas en redes.
Si usted ingresa a la plataforma, puede encontrar que efectivamente Johnny Escutia fue retirado de Spotify. Pero, debido a la presión del público juvenil Safaera hizo un regreso temible, encontrándose disponible para escucharse nuevamente; ante esto, se piensa ¿será realmente tan degradante la letra como para merecer quitarla? A lo que en la inexperiencia de la autora con esta canción, decidió buscarla:
Vino ready ya, puesta pa’ una cepillá’
Me chupa la lollipop, solita se arrodilla, hey
¿Cómo te atreve’, mami, a venir sin panty?
Bellaqueo a lo galactic
Sí, pa’ que se te mojen los panty, métele bellaco a lo versátil
Más puta que Betty Boo, la que se puso bellaca, mami, fuiste tú
Sigo matando con la U
La plataforma musical decidió actuar en pro de la mayoría de sus usuarios. Y es que la industria actual demanda contenido similar a la letra mostrada; ritmo repetitivo e incesante, acompañado de una dosis elevada de letras agresivas, que demandan la posición de la mujer como carne de placer a disposición entera de las órdenes, de hombres que ¿cantan? o más bien, mascullan letras ininteligibles.
Y aunque el deseo de este artículo no es evaluar lo pueril de ciertas letras “de moda”, sí lo es el evidenciar un cambio completo y abrupto con la escena musical. ¿En qué momento se interrumpió la declaración de amor con letras cuidadosamente compuestas, por ofensas y ataques? peor aún, siendo en ocasiones aceptadas como respuestas de cariño.
Yo sufro lo indecible si tú entristeces
No quiero que la duda te haga llorar
Hemos jurado amarnos hasta la muerte
Y si los muertos aman,
Después de muertos amarnos mas
Si yo muero primero, es tu promesa
Sobre de mi cadáver dejar caer
Todo el llanto que brote de tu tristeza
Y que todos se enteren de tu querer
Si tu mueres primero, yo te prometo
Escribiré la historia de nuestro amor
Con toda el alma llena de sentimiento
La escribiré con sangre
Con tinta sangre del corazón
–Nuestro Juramento, Benito de Jesús.
El bolero representa ese género que lentamente desaparece. Aunque es preciso mencionar que ha resistido a este tipo de embates desde 1840. Originario de Santiago de Cuba, historiadores consideran fue traído como resultado de la conquista española, debido a la mezcla de castañuelas e instrumentos típicos de la Madre Patria.
“Arribó en México en 1898 […] ganando terreno hasta principios de la década de 1920 en Yucatán” (Relatos e Historias en México) Manteniéndose como el género predilecto hasta 1950, con compositores como Álvaro Carrillo, Agustín Lara, Consuelo Velázquez, Roberto Cantoral o Armando Manzanero; el bolero fue impulsado al colectivo popular mediante la radio, como la XEW, y posteriormente con la televisión.
El flaco de oro, acompañó a los mexicanos desde la radio con La hora íntima de Agustín Lara o La hora azul, donde se popularizó aún más las canciones que hablan de amores perdidos, consolidados o partidas, en compañía de cantantes como Toña la Negra. Y es que cada bolero tiene una historia detrás, como Nosotros de Pedro Junco Jr.
Nosotros
Que del amor hicimos
Un sol maravilloso
Romance tan divino
Nosotros que nos queremos tanto
Debemos separarnos
No me preguntes más
No es falta de cariño
Te quiero con el alma
Te juro que te adoro
Y en nombre de este amor
Y por tu bien te digo adiós
El autor de la canción enfermó a los veintitrés años de tuberculosis y ante una muerte segura, decidió recluirse en un hospital sin avisar a su prometida con la finalidad de evitar contagiarla. Antes de partir, escribió la canción pidiéndole a un amigo que compusiera la música y se la entregara a su novia; siendo uno de los boleros más conocidos y aún cantados.
Actualmente, el bolero se defiende contra otros géneros como el reggaetón y cantantes de la escena indie. La veracruzana Natalia Lafourcade y La Santa Cecilia rinden homenaje con discos, incluso el propio país que lo vio nacer reclama sus derechos con el re-surgimiento del grupo musical Buena Vista Social Club. Sobre todo porque en México este género fuedeclarado como Patrimonio Cultural Inmaterial en México en el 2018.
Pareciera que, después de todo, el bolero persiste para no desaparecer, y es que la inmortalización de los sentimientos y ritmos propios de América Latina son las raíces que dejaron los antepasados sobre cómo amar, qué hacer con una ilusión rota y la posibilidad de plasmarlo mediante pluma y guitarra.
Se agradece la información de Cultura UNAM y la revista Relatos e Historias en México.