Tupac Amaru Shakur nació en la costa Este de Nueva York como Leasane Parish Crooks. Desde que estaba en el vientre de su madre, Afeni Shakur, su destino era poco más que una premonición.
Afeni era una integrante de las Panteras Negras, agrupación política que tenía un objetivo trazado: luchar contra el racismo. Luchar contra la desigualdad que, al día de hoy, marca y estigmatiza a la mayor parte de los afroamericanos de la Unión Americana.
2 Pac logró plasmar esa ideología materna en su lírica. El clímax lo alcanzó con Changes, una canción que hace un reclamo al establishment sobre la inacción de los cambios prometidos por tantas administraciones. También, una llamada para derribar el mito totalitario y simplista de que “todo negro es malo”. Que cada quien se haga responsable de sus actos, recitaba Shakur. “El problema no son las razas, son los gobiernos capitalistas y sobre todo Estados Unidos”.
Buscando un ambiente propicio para el diamante en bruto que sabía era Pac, su madre lo envió a California. Quería alejarlo del ambiente pandillero que imperaba entre los ochenta y los noventa en Nueva York. Allá, logró explotar su potencial. Se forjó como un verdadero artista. Bailaba ballet y jazz. Aprendió a escribir poesía. La métrica perfecta la reflejó en el más profundo agradecimiento a su madre…Dear Mamma. “No habrá manera de poder pagarte lo que haces por mi”.
Su discografía fue breve, pero de una gran sustancia. Debutó en 1991 con 2Pacalypse Now. Dos años más tarde editaría Strictly 4 My N.I.G.G.A.Z. Le siguió una de sus más grandes creaciones, Me Against the World. Con All Ayez On Me, prácticamente la escena musical rapera de las costas de Estados Unidos se volcó en él. Sabían que su historia ya estaba escrita.
Pac forjó una carrera artística polifacética. Lo mismo rapeó freestyle que actuó en Shakespeare. Era bueno en ballet y jazz. Alternaba esa tersura con sus orígenes en el Harlem, la Costa Este de Estados Unidos. Curiosamente, su militancia rapera la centró en la Costa Oeste, en Los Ángeles, donde al lado de su verdugo Suge Knight fundaría Death Row Records. Ahí, encontró lo mismo el éxito que la muerte.
Arrancando la década de los noventa, el ascenso de 2 Pac marcó también la subida de Biggie Smalls o The Notorius B.I.G., quien terminó abanderando el estilo de la Costa Este. En batallas encarnizadas ambos se lanzaban amenazas. A pesar de esto, el carácter de Pac siempre fue afable. La gente no lo veía como el rapero promedio que buscaba foco en la violencia. De hecho, dejó entrever siempre su negativa a la portación de armas.
Y aunque tuvo varías estadías en la cárcel, siempre logró demostrar su inocencia. Un atentado en su contra en 1993, supuestamente orquestado por Biggie Smalls, quien se convirtió en su gran rival dentro y fuera del estudio, trazó el camino al cementerio de Tupac. La hipótesis se basa en que las balas que recibió fueron detonadas en el barrio donde vivía el rapero de la Costa Este. Era una ley no escrita en el barrio: si voy a tu territorio me tienes que cuidar.
El epitafio final de Tupac no tuvo tiempo de ser versado ni recitado. Un 7 de septiembre de 1996 salió de una pelea en Las Vegas. Vio boxear a Mike Tyson, otro fuera fuera de serie. Recibió tres disparos que terminaron con su vida. Curiosamente, Suge salió sin un rasguño.
La primera versión que corrió era que se trataba de una venganza directa. El ordenante habría sido Biggie Smalls. No hubo tiempo de saberlo. En circunstancias similares, seis meses después, fue asesinado Biggie Smalls. Pac tenía 25. Biggie 24. Quizá los dos raperos más grandes de la historia tenían que irse juntos porque no había quien pudiera rimar con ellos.
Ambos crímenes siguen impunes. Pero todos los ojos voltean a ver con sigilo a Suge.