Salvo sus honrosas pero muy pocas excepciones, los ciudadanos han sentido el abandono por parte de sus representantes en todos los niveles de gobierno, muchos de ellos hace apenas un año, se presentaban como el cambio que México necesitaba, la única y verdadera “transformación”.
Aclaro para mis queridos lectores y amigos obradoristas: en esta ocasión solo estoy hablando de los representantes populares, que en su inmensa mayoría solo lograron ganar gracias al efecto, trabajo y perseverancia de AMLO; muchos de ellos sin trabajo político, sin representación, sin base social, e inclusive, gracias a la suerte de una tómbola.
Si bien el trabajo de los Diputados es legislar, debemos recordar que fueron electos por la voluntad popular de los habitantes de un determinado distrito electoral, mismo al que juraron servir y el cual ha sido brutalmente golpeado por esta pandemia; ¿en dónde quedaron sus promesas de campaña?, ¿en dónde quedo todo el amor y los deseos de servir? Quizá se desvanecieron desde el día que recibieron su primer jugoso cheque, el cual no es menor y bien pudiera alimentar a cientos de familias, que hoy no tienen ni lo elemental para subsistir.
Hoy más que nunca, nos encontramos en medio de una crisis que pone en jaque a los gobiernos de todo el mundo, con una recesión económica comparable sólo a la de 1929 y que exhibirá la efectividad y la capacidad (o la ineficiencia e incapacidad) de los representantes populares para proteger y rescatar a sus ciudadanos de los efectos de esta pandemia; los escenarios políticos también cambiarán cuando acabe esta crisis, teniendo un impacto electoral inevitable, en donde México no será la excepción.
Dos diferentes encuestas muestran que en medio de la pandemia del coronavirus COVID-19, la aprobación del ejecutivo federal ha caído.
Una medición del Gabinete de Comunicación Estratégica, publicada este jueves, indica que solo 37.4% de la población tiene una buena opinión del actual gobierno, lo que representa una caída de cuatro puntos en comparación con el mes de febrero que era del (41.4%) y de 10.6 puntos respecto al mes de enero (48%).
Un resultado similar los reflejó otra encuesta del Grupo de Economistas y Asociados (GEA) e Investigaciones Sociales Aplicadas (ISA), que fue dado a conocer hace unos días y que muestra que, en los últimos tres meses, la aprobación del Presidente pasó del 57% al 47%.
En la mira esta el 2021, a los que hoy se relamen los bigotes pensando en la reelección, o en brincar de una diputación a otra o en el peor de los casos, en heredar su cargo a su esposa(o), hija(o) o familiar, de algo deben estar seguros, esta pandemia les pegará en la cara más fuerte de lo que ha golpeado a las familias mexicanas. A los representantes actuales, en su mayoría del partido gobernante, les recordamos que AMLO no estará en la boleta electoral y que Morena tiene una aceptación muy por debajo de la aprobación del Presidente.
Están a tiempo de rectificar el camino, de donar el total de su salario y prerrogativas “extras”, en beneficio de los millones de mexicanos que hoy lo requieren, dejen de cobrar si no están trabajando; quizá desde el lujo y la comodidad de sus hogares, todo lo vean diferente, pero créanme cuando les digo que somos cientos de miles los estaremos ahí el próximo año, reconociendo a los que dieron todo por ayudar a vencer la crisis y daremos fin (electoralmente) a los que decidieron solo enriquecer sus cuentas bancarias.
¡Abrazo y reconocimiento a aquellos que ninguna desgracia humana les es ajena!