El cineasta francés Olivier Assayas presentó en Septiembre, durante el marco del Festival de Cine de Venecia, una adaptación directa del libro Los últimos soldados de la Guerra Fría: la historia de los cinco cubanos –de Fernando Morais- cuyo hilo conductor fue la combinación de historias verídicas con el thriller. El relato del libro y por ende del filme, se centra en los ataques que grupos terroristas –anticastristas- infligieron sobre hoteles, playas y principales centros turísticos, con el fin de desestabilizar la economía nacional y el gobierno de Fidel Castro.
Ante estos eventos, se comienza a desarrollar la tesis de la película que presenta a una Cuba marcada por la Revolución cuyos anhelos de ver realizado el Comunismo, se opacan por el racionamiento de comida, cortes de luz y malestar social; en la realidad cubana, se desarrollan diversos personajes, que cabe decir pocos actores –sólo dos- son de origen cubano, mientras vemos a la española Penélope Cruz como una madre afligida, Olga Salanueva, ante el repentino abandono de su esposo René González (Édgar Ramírez), quien parte a Miami. Los ciudadanos que buscan salir de la isla, ya sea en balsa o nadando hasta llegar a la base militar de Guantánamo, exclaman sentirse agradecidos con Estados Unidos e incluso, aceptan con gusto comer de McDonald’s como es el caso de Juan Pablo Roque (Wagner Moura).
Para el espectador, el argumento de la primera hora de la película no queda completamente claro, menos aún para quienes no conocen a fondo los bandos posteriores a la Revolución. Pero, comienza a delinearse que los personajes como René, Gerardo Hernández alias Manuel Viramontez (Gael García Bernal), no son “gusanos” como usualmente se llama a los traidores de la patria, pero espías infiltrados en Estados Unidos en búsqueda de desmantelar la red anticastrista, consiguiendo información para detener a aquellos terroristas en contra del régimen; ellos creen en Castro y saben que lo patriótico es “relacionarse” con las asociaciones cubanas exiliadas, para evitar un colapso nacional.
De lado contrario, como buen filme de suspenso, está el bando que estrecha la mano de los estadounidenses. Se presenta la fundación Hermanos al rescate, quienes lanzaban folletos y reclutaban a más miembros en contra del gobierno de Castro, además de organizar los ataques al país y de paso, traficar droga en Honduras, para “financiar” sus operaciones. Sin embargo, el cineasta Assayas en búsqueda por contar alrededor de seis historias individuales e interconectadas, termina en ocasiones, por confundir al espectador sobre los verdaderos propósitos de cada personaje. Algunas historias quedan pendientes, como la del espía anticastrista Juan Pablo Roque (Wagner Moura) y su esposa Ana Martínez (Ana de Armas), así como el apoyo que Estados Unidos brindaba al terrorismo y que queda sutilmente mencionado, o los beneficios obtenidos por los sectores que simulaban impórtales Cuba, pero en realidad sembraban una red de narcotráfico, como es el caso de Luis Posada Carriles (Tony Plata) o José Basulto (Leonardo Sbaraglia).
En ocasiones lenta, la película comienza a aclararse en motivos y el dinamismo se presenta cuando Olga (Penélope Cruz) se entera que su esposo sirve a su país y la red avispa, ahora debe cuidarse de la intervención del FBI en sus operaciones. Sin afán de develar la trama, para los momentos finales de la historia, el filme no termina por mostrar la relación Cuba-Estados Unidos, pero sí presenta al países norteamericano como el encargado de aplicar una condena excesiva a ciudadanos cubanos que apoyaban el régimen comunista. Desde el inicio, se advierte al espectador que esta “es una historia verdadera” pero posiblemente no le hace justicia al libro de Morais, ni a la historia de espionaje cubano o simplemente una explicación sobre los remanentes del comunismo en el Caribe así como el embargo que mantuvo a Cuba sostenida en el tiempo.
Aparece brevemente en forma de entrevista la figura amada-odiada de Fidel Castro, explicando los propósitos de su grupo de infiltrados y nuevamente la intervención estadounidense que desestabilizó estos planes; para entender la relación antagónica entre ambos países, este filme no es la elección adecuada, pero tal vez una opción para aquellos interesados en adentrarse en la red de espionaje prácticamente reciente, y que desencadenará en un “cambio” en las relaciones diplomáticas.
Para la visión del director, así como de algunos ciudadanos, la red avispa fue una organización valerosa e imprescindible para el rescate económico de la isla. Aunque, después del estreno, surgieron críticas ante el filme –todas de los opositores de Castro- argumentando que la historia enaltece a un dictador; sin embargo, habrá que esperar qué dice la historia, si los héroes son villanos o los villanos patriotas. Mientras tanto, puede disfrutar de esta cinta disponible en Netflix, y ya de paso poner un documental de Cuba para entender más a fondo la política de una de las últimas naciones comunistas.
Calificación: ★★★ / 2 (tres estrellas y media)