La pandemia de coronavirus continúa propagándose por el país y ha afectado a todos los sectores económicos de la población, entre los que se encuentra un negocio antiguo y tradicional entre el pueblo mexicano: la lucha libre. Desde la década de los setenta y ochenta, los luchadores han sido vinculados con la fama y la bonanza económica.
La pandemia del coronavirus, el confinamiento y el distanciamiento social han detenido las actividades y ha generado una ola de desempleo en todo el gremio ya que se desconoce la fecha en la que esta disciplina podrá reiniciar sus actividades.
Una de las leyendas de la lucha libre – Canek – ha permanecido recluido en casa, pues su última actuación fue en marzo durante la gira en la que viajó al sur del país. El luchador compartió: “No tengo otro negocio u ocupación: la lucha libre es muy celosa. Me gusta guardar dinero para los tiempos difíciles, no estoy en la opulencia, pero sé que voy a tocar fondo”.
Por otro lado, Karma I, nivel luchador de 21 años de edad, mencionó que “quiero seguir luchando, pero, ¿qué crees? Esta situación te abre los ojos”. Durante los últimos días, encontró un trabajo en un almacén donde le ofrecen seguro médico.
Octagón, uno de los luchadores más reconocidos en el deporte, recaudó fondos para respaldar a todo el personal que labora dentro de la lucha libre y el box, por medio de una campaña llamada Un golpe de ayuda, subastando máscaras.
“Día con día se hacen evidentes las carencias de los luchadores. Ya no se vive de la lucha libre como antes”, agregó.
Hoy en día, mínimo 12 millones de personas dejaron sus trabajos en el ámbito formal o informal durante el mes de abril, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). No obstante, el Consejo Mundial de Lucha Libre ha continuado con los pagos a sus empleados aun sin recibir un ingreso por la suspensión de actividades.
“¿Cuándo regresamos? No depende de nosotros. Tampoco podemos hacer eventos a puerta cerrada como lo han hecho en Estados Unidos. No vamos a exponer a la gente”, comentó un vocero del Consejo.
Una de las soluciones frente a la urgencia que ha generado la crisis ha sido la transmisión de peleas – sin público – por internet. La Arena Naucalpan, en el Estado de México, organizó una de estas funciones y terminó con la cancelación de la licencia del establecimiento y sanciones para los luchadores participantes. La Triple A, la empresa más grande del sector, realizó el mismo evento durante abril y conglomeró a 28 luchadores, sin embargo, no hubo castigo para ellos.
La preocupación más grande es este espectáculo es la edad de sus luchadores, pues ronda en los 60 años y esto los identifica como una de las poblaciones con mayor riesgo frente al virus. En los últimos meses, 30 luchadores han fallecido – no todos a causa del coronavirus.