Una curva que no se aplana, una pandemia que no se doma y un México que cada vez hace más lo que le da su gana, así es como está el escenario en esta nueva normalidad impuesta ante la necesidad de detener la caída de la economía, aunque no se reduzca la velocidad de contagios en el país.
La pandemia llegó en un momento donde el país está más dividido que nunca y donde hay dos principales responsables, los López, y otros 32 que les hicieron segunda, uno por estado.
Recordemos el inicio, cuando las noticias de Asia y Europa empezaban a llegarnos. Tanto el López presidente como el López subsecretario daban mensajes que llamaban a la calma y a no tomar medidas extremas, incluso el subsecretario advirtió que este virus era menor en comparación con la influencia estacional.
Poco a poco empezaron a surgir casos en América y empezaron los mensajes diferentes de los López. Cada mañanera, el presidente llamaba a seguirnos abrazando, a no dejar de salir; por otro lado, el López subsecretario, que aventaron al ruedo porque el Secretario de Salud parece que no existe, llamaba a tomar las primeras medidas y a insistir en que estábamos más que preparados para afrontarla.
Ante una reacción tardía y débil, los 32 estados empezaban a tomar ciertas medidas, empezando por aquellos que eran gobernados por la oposición, dado que los gobiernos de MORENA no querían contradecir lo que se decía en las mañaneras, recordemos que en la CDMX se dio aval para seguir con el Vive Latino y, posteriormente, empezar a adoptar las medidas necesarias para detener el contagio.
Todos querían llamar a la calma, a que pensáramos que no nos iba a afectar, incluso recordemos lo que decían gobernadores como Miguel Barbosa, aquello de “el COVID-19 sólo le da a los ricos; los pobres estamos inmunes” y hoy Puebla es de los estados que permanecen en semáforo rojo.
Las medidas llegaban a cuenta gotas y tarde. El #QuédateEnCasa y #SuSanaDistancia fueron los primeros en aparecer, mientras empezaban los mensajes del López presidente a dejar entre ver una modificación en lo que iba diciendo, un poco de preocupación a medida que las muertes por este virus iban apareciendo.
Después, el López subsecretario salía haciendo llamados a la población, donde pro y anti AMLO lo escuchaban, incluso los propios gobernadores, pero lo alcanzó la fama y empezó a ser usado para atacar aquellos estados o aquellas medidas que se buscaban aplicar: la aplicación de pruebas, el interrumpir las giras presidenciales (porque, recordemos, el presidente tenía fuerza moral) o el hoy ya aceptado, pero entonces ninguneado, uso del cubrebocas.
El López subsecretario, ya en modo celebridad, primero pedía que lo vieran como lo que es y no como político, pero el pez por su boca muera y empezó a portarse como el López presidente: primero dijo que Nuevo León y Jalisco serían los últimos estados en salir de esta pandemia, incluso aseguró que ellos saldrían en octubre mientras los demás sería en junio.
Después empezó a atacar a los secretarios de salud de sexenios anteriores, asegurando que ellos dejaron hospitales en completo abandono y por eso tuvieron que comprar equipos a China, al igual que asegurar que por esas razones no se podía ni domar la pandemia ni aplanar la curva, incluso aprovechaba sus conferencias para atacar y desmentir las acusaciones de los otros secretarios de salud.
Finalmente, copiando al López presidente, aseguró que los medios son quienes desinforman, quienes buscan desprestigiar la labor que se ha hecho, pero los medios sólo retoman sus cifras y sus dichos, lo que ayer aseguró hoy vemos que está lejos de ser cumplido.
Ha llegado al extremo el López subsecretario que ahora asegura que la pandemia nos pegó debido a los altos índices en personas con sobrepeso, obesidad, hipertensión y diabetes que existe en nuestro país y la mala alimentación que hay. Pero eso, él ya lo sabía, esos datos no son de hace tres o cuatro meses y llevan casi dos años en el poder, por lo que ya debían de saberlo.
Hoy vemos que pocos son los que hacen caso a lo que dice el subsecretario, se ha tomado ha burla desde que ha pronosticado picos de contagio a diestra y siniestra, donde en su última medición dice que esta pandemia terminará en abril de 2021, en nuestro país. En lugar de buscar librarse de culpas y responsabilizar a cada estado, deberían buscar, los dos López, la manera de unir a las gobernadoras y los gobernadores en una estrategia conjunta, más de 100 millones de mexicanos se los agradeceríamos.
NOTA: creo que, pese a los dos López y a que hizo mal en permitir el Vive Latino, la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, ha dado un buen ejemplo de cómo informar y hacerle frente a esta pandemia. Bien por esa estrategia que han realizado en CDMX.