Creer en el amor es un acto suicida. O al menos, eso es lo que piensa Regina (Crisanta Gómez) mientras lidia con el vestido de dama de honor en el vestidor; atrapada en un vestido amarillo que no pasa desapercibido y con la boda de su mejor amiga en ciernes, la protagonista del monólogo se cuestiona -como todos hemos hecho alguna vez- el rumbo de su vida amorosa, y las decisiones que ahora la llevan a estar “atrapada” física y emocionalmente en el vestido.
El espectador es el invitado principal en la obra La Avestruz, convirtiéndose en un cómplice de Regina, mientras presencian aquella herida abierta que le ha dejado su relación pasada. En entrevista con Crisanta Gómez, la actriz habla de su personaje como “una mujer que tiene que poner sus miedos y frustraciones en una mesa, frente a ella […] todos hemos vivido situaciones que nos llevan al borde, pero la risa también es reflexión”.
Mediante un tono cómico, la obra que se presenta por cuarta ocasión -estando de manera presencial en La Teatrería y Teatro Bar El Vicio- es abordada en el plano digital; en el marco de una pandemia, la puesta en escena dirigida por César Enríquez, fue rediseñada para agregar temáticas actuales, además de apoyarse con el uso de cámaras que no sólo transmitirán la obra, pero colaboran a romper la cuarta pared con la audiencia; acercándolos -en la lejanía- con la protagonista, para así contarles íntimamente sus desventuras amorosas.
Crisanta Gómez, comentó los retos de interpretar a Regina, saliendo de la zona de confort que el teatro musical representaba, confiesa que el primer paso fue aceptarse como actriz; llegando a sus manos el texto tras ocho años de estar en el musical “Mentiras”, y con el afán de entrar en un campo no usual a su estilo, ahora se encuentra sola en el escenario frente al público y un monólogo cargado de emotividad: “Tenía miedo que se me olvidara el texto
o el trazo pero mi director me ha ayudado mucho. En el escenario te pasa de todo, puedes caerte o cortarte, y resolver eso frente a la audiencia, ha sido un reto.”
Con La Avestruz, el público tiene ante ellos un mensaje de enfrentarse a las adversidades. La actriz relató el desafío que la pandemia ha representado para los actores, por lo que regresar al escenario de manera virtual, fue un acto catártico. El nombre de la puesta en escena, describe a un animal que usualmente es conocido por esconder la cabeza alejándose de todo lo que representa un potencial peligro; en la travesía del probador, Regina, comprende que debe tomar aquello que la lastima y convertirlo en un símbolo de lucha, “hay que empoderar a la protagonista, decirle que ella es suficiente estando sola, y con lo que tiene” expresó la actriz. Además añadió, que toda persona que haya atravesado por una ruptura debe darse un momento de llorar y sentir, para después levantarse, “hay que ser felices, con o sin pareja”.
La obra tendrá una única función digital, el próximo Sábado 29 de Agosto a las 8.00 pm, transmitida desde La Teatrería. La audiencia podrá elegir entre tres costos del boleto, teniendo como padrinos a Leonardo de Lozanne y Sandra Echeverría, además de ofrecer una After Party en la que podrán platicar con Crisanta Gómez, ahondando en las experiencias del teatro digital. Hasta el momento de poder regresar al encuentro presencial, los fanáticos del teatro pueden disfrutar de un catálogo de opciones que la vida cultural no cesa de regalar. Probablemente, será un momento curioso para reflexionar sobre el amor, pero La Avestruz se convierte en una opción amena para aquellos corazones rotos, en búsqueda de reírse sobre las experiencias fallidas.