La mujer destinada a la hoguera: breve historia de las brujas

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Cuando una mujer piensa a solas, piensa el mal.-Malleus Maleficarum 

 

Habitantes de la oscuridad que recorren las tinieblas buscando satisfacer deseos y lujuria reprimida. Un aquelarre conformado por las parias sociales que han sido desterradas de la comunidad cuyas diferencias merecen ser castigadas con la mayor severidad posible. 

Pero ¿cómo identificar a una bruja? las señales definitivas fueron establecidas caprichosamente en 1487 por el Martillo de las brujas o Malleus Maleficarum en la que Heinrich Kramer y Jacob Sprenger -pertenecientes a la orden de los dominicos- descargaron su bagaje eclesiástico con el fin de justificar una cacería y matanza que se extendió por toda Europa y algunas regiones de África, así como América.

 

Y es que la maldad asociada a la magia y lo desconocido era una predisposición femenina; la guía abarca una extensa explicación de reconocimiento sobre estas hijas del inframundo, los hechizos- daños que podían infligir desde provocar una enfermedad hasta seducir a un hombre casado, y la manera adecuada de detenerlas mediante las llamas. Con una justificación basada en textos religiosos, el Malleus Maleficarum gusta de hacer referencia a la condición traicionera, subversiva e impredecible que Eva heredó a su descendencia: 

“No hay cabeza superior a la de una serpiente y no hay ira superior a la de una mujer. Prefiero vivir con un león y un dragón que con una mujer malévola.”

Se habla de ellas como una tormenta que arrasa con todo, cuyos objetivos son la avaricia y la sexualidad; capaces de volver loco a un hombre y tentarlo a caer en todos los pecados posibles, son también un mecanismo de lágrimas que se activa al sentirse amenazadas. 

 

Diversas teorías han surgido respecto a la caza de brujas, desde las que lo atribuyen a una paranoia colectiva por las aguas -posiblemente- contaminadas en ciertas regiones, un miedo irracional de los señores feudales a la magia practicada por sus siervos o la iglesia protestante con un conservadurismo descontrolado. Sin embargo, la escritora Silvia Federici presentó en el 2004 una controversial visión de los hechos, mediante el libro Caliban y la bruja: las mujeres, el cuerpo y la acumulación primitiva; la investigadora explica la cacería apoyada en teorías Marxistas. Con la caída del sistema feudal, la entrada al capitalismo significó un esfuerzo por aleccionar a la clase trabajadora europea, enfrentando épocas con hambrunas y una taza alta de mortandad infantil las campesinas eran las encargadas de utilizar su fertilidad para aportar nuevos futuros trabajadores, y así mantener una estructura económica, política y social:

“La caza de brujas fue parte del intento de la clase capitalista emergente de establecer su control sobre la capacidad productiva de las mujeres […] en el contexto de una nueva división sexual e internacional del trabajo construida sobre la explotación de las mujeres, las colonias y la naturaleza.”

 

Federici estableció una relación directa entre la tortura y matanza de cientos de mujeres, con el apogeo de la colonización, trata de esclavos y un régimen sanguinario a todo aquel alejado de las costumbres y creencias occidentales. La entrada al capitalismo mercantil significó toda una campaña por parte de instituciones políticas y religiosas para establecer un orden familiar y social; la mujer comúnmente definida como bruja era aquella que ya no se encontraba en edad reproductiva, considerada vieja, de temperamento hostil y en gran medida, sin recursos económicos, la pobreza y vejez eran signos de improductividad, en consecuencia, de magia negra. Así como otras características que no pertenecían al canon establecido: la mujer independiente económicamente -en este caso viudas- las solteras, aquellas que ejercían alguna especie de liderazgo dentro de la comunidad, así como las parteras y curanderas. 

 

A pesar de que en algunos casos los hombres también fueron enfrentados a la Inquisición, el concepto de mago o hechicero era tratado en un sentido de respetabilidad o sabiduría; la bruja por el contrario era un ser que se debatía entre lo malévolo y lo terrenal. Fácilmente impresionable, con una debilidad de mente y mayor peso en las emociones que en lo racional eran defectos por naturaleza que predisponían su aceptación hacia lo tenebroso, “hubo un defecto en la formación de la primera mujer, ya que fue hecha de una costilla curva […] debido a eso es un animal imperfecto, que siempre engaña.” 

 

Caliban y la bruja….  señala abiertamente a la Iglesia Católica como una maquinaria ideológica en la que sacerdotes y verdugos visitaban aldeas para advertir de los peligros de las brujas, alentando las acusaciones falsas entre vecinos y recompensándolos económicamente; entre mayor número de nombres se proporcionaran a la iglesia mejor era pagada esta labor que incluso, llegó a considerarse una novedosa profesión: los cazadores de brujas.

Diversos testimonios muestran viejas rencillas por dinero, terrenos o envidias que eran cuentas saldadas mediante un “yo la vi bailar en la noche desnuda”, “arruinó mi cosecha con una mirada”, “lanzó una maldición a nuestro hijo y no para de llorar.” La cacería, en palabras de Federici, fue un atentado directo en la que el trabajo y sexualidad femenina fueron convertidos en recursos económicos del Estado; existe evidencia de la utilización de métodos anticonceptivos o abortos practicados por curanderas los cuales fueron erradicados y penados, en el caso de las trabajadoras sexuales su fuente de ingresos se vio igualmente sentenciada por la Iglesia. 

 

Otro factor que contribuyó a estas creencias se plantea como la privatización de la tierra. Sin la capacidad de poseer propiedades el empobrecimiento femenino fue en aumento, por su parte, la clase acomodada temía y esperaba una revelación por parte de la clase trabajadora mediante un mecanismo incomprensible para estos: la magia. 

Lo inexplicable y misterios ocultos de la naturaleza ha sido un constante acompañante en las civilizaciones humanas, escribía ya Simone de Beauvoir en El segundo sexo sobre la interpretación nómada de la tierra como una figura materna que proporciona fertilidad. Por lo tanto, el trabajo doméstico y de cosecha dependía de las mujeres, concibiéndolas como “virtudes mágicas” que aseguraban la prosperidad del clan; surgen entonces las divinidades femeninas como Susa, Ora, Istar entre otras: tanto su complejidad como sus poderes lleva a catalogarlas como hechiceras, magas, sacerdotisas o druidas. Pese a esto, señala Beauvoir que “aunque los hombres adoraban y oraron a la Diosa Madre no impidió que la mujer fuera sometida, poseída y explotada como la naturaleza cuya magia encarna.”

 

La tradición mística femenina en las comunidades actuaba como una especie de talismán que protegía contra males de ojo, para predecir el futuro e invocar la buena fortuna. Fue hasta que el control religioso comenzó una campaña de desprestigio contra aquellas curanderas y adivinas que las prácticas fueron anuladas; siglos después, su descendencia buscaría recuperar lo robado. 

Magia contemporánea

El actual gobierno de Donald Trump reportó un aumentó en las protestas de índole social. Curiosamente, las marchas a favor de los derechos femeninos se vieron inundadas por protestantes haciendo alusión en carteles a poderes, magia y misticismo; el feminismo actual ha buscado revertir el imaginario negativo sobre la bruja, transformándola en un estandarte de fuerza, liberación y conexión espiritual. Aquellas acusadas de brujería -usualmente- destacaban por contradecir el orden establecido y rebelarse, como lo postula Silvia Federici, no necesariamente realizando alguna actividad subversiva, pero como parte de una personalidad que “desafiaba los movimientos heréticos y a la autoridad.” 

 

No es la primera ocasión en que la bruja ha sido utilizada como un símbolo de unión femenina, ya que con la creación del grupo WITCH – Women’s International Terrorist Conspiracy from Hell– en español, Conspiración Terrorista Internacional de las Mujeres del Infierno, organización creada en el Halloween de 1968 donde las participantes llevaban a cabo marchas y protestas a favor de la liberación sexual, aborto y contra el sistema capitalista de Estados Unidos; se leía en sus panfletos: Las brujas siempre han sido mujeres que se atrevieron a ser valerosas, agresivas, inteligentes, no conformistas, curiosas, independientes, liberadas sexualmente. […] Eres una bruja por el hecho de ser mujer, indómita, airada, alegre e inmortal.”

 

Con la necesidad de participar y poseer una voz, las mujeres que ingresan a la esfera pública han sido blanco de ataques y comparándolas con una tradición que castiga la magia. Surge el caso de Hillary Clinton y Alexandra Ocasio-Cortez quienes en los medios enfrentan constantes ataques, mediante imágenes que las transforman en la estereotipada bruja malévola: vieja, de tez verde, desagradable a la vista y con intenciones de destruir el orden establecido. 

Pero paso a paso, la bruja ha eliminado la condición vengativa y oscura que durante tanto tiempo ha representado, los medios actualmente buscan crear una nueva definición, la aguerrida bruja cuyos poderes residen en su confianza y valor personal: El mundo oculto de Sabrina (2018), American Horror Story: Coven (2013), Charmed (1998), The Witch (2015), Practical Magic (1998), The Love Witch (2016) son parte de una larga lista en series y películas. 

El feminismo contemporáneo encara una nueva realidad sobre las prácticas que privilegian la liberación y la lucha hacia una sociedad más igualitaria. Mágicas o terrenales la sororidad crece cada día más, casi como si un hechizo la invocara. 

 

 

Fuentes

 

Acosta, V. Las brujas como subjetividad política y reivindicación feminista. (2019). Universidad de Antioquia. PDF. https://revistas.udea.edu.co/index.php/revistraso/article/view/338520/20793619

 

 

Federici, S. Calibán y la bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria. (2004). Creative Commons, Madrid. PDF. https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/Caliban%20y%20la%20bruja-TdS.pdf

 

Kramer y Sprenger. Malleus Maleficarum. (1487). Ediciones Orión. PDF. http://www.malleusmaleficarum.org/downloads/MalleusEspanol1.pdf

  

Rosen, M. A Feminist Perspective on the History of Women as Witches. (2017). Dissenting Voices, Volume 6 Issue 1. PDF. https://digitalcommons.brockport.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1062&context=dissentingvoices

 

Quaglia, S. (2019, 31 octubre). The resurgence of the witch as a symbol of feminist empowermentRecuperado de https://qz.com/1739043/the-resurgence-of-the-witch-as-a-symbol-of-feminist-empowerment/

 

 

Wells, K. Screaming, flying, and laughing: Magical feminism’s witches in contemporary film, television, and novels. (2007). Thesis. Texas A & M University.