No solamente era la esposa de Joaquin «El Chapo» Guzmán. También era una pieza importante en la organización criminal del Cártel de Sinaloa. Su trabajo fue fundamental para que el otrora capo se fugara en 2015 del penal de máxima seguridad de El Altiplano, ubicado en Almoloya de Juárez, en el Estado de México.
Pero también, la exreina de belleza, fue acusada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de tráfico de cocaína, metanfetamina, heroína y mariguana. Además, de conspiración lavado de dinero y de participar en transacciones con un narcotraficante extranjero.
Y hoy en una corte Federal en Nueva York la mujer de 31 años de se declaró culpable. Luego de 11 meses de juicio el jurado encontró razones suficientes para tirar los argumentos de Coronel quien en todo momento aseguró que «desconocía» los negocios de su marido.