La noticia le dio vuelta al mundo desde el pasado fin de semana. El grupo terrorista El Talibán, hoy considerado ya como el Emirato Islámico de Afganistán, se hizo del control del país.
Con la retirada de las tropas estadounidenses, que libraron «una guerra» desde el 2001, el grupo fundamentalista islámico, considerado una organización terrorista por casi todo el mundo, se hicieron del control del Gobierno. Ahora, la zozobra, imágenes de gente cayendo de aviones que salen de Afganistán y activistas que temen por su muerte son el común denominador de un país roto.
Régimen de Terror
Durante el primer gobierno talibán, de 1996 a 2001, la imposición radical de la Ley Islámica fue sinónimo de muerte, terror y la invisibilización de las mujeres. Se les echó de las universidades. De los puestos de trabajo en el Servicio Público. De la vida pública. No podían hacer nada en público sin la compañía de un hombre. De preferencia, su marido. La pérdida de libertades sociales, políticas y religiosas marcó la vida de los afganos que vieron instaurarse un régimen de terror que no cumplió con lo que prometió.
La interpretación de la sharia (Ley Islámica) les arrebató a las mujeres de su invidiualidad. Todas debían usar la burka. Sus opiniones nunca podrían salir de sus cabezas. También, a quienes eran acusadas (en juicios sumarios) de adulterio eran lapidadas. Si te encontraban culpable de robo tu destino era la horca.
De ahí nacieron activistas como Shukriya Barakzai y Humira Saqib (periodista), hayan hecho un llamado a la comunidad internacional sobre el peligro que representa el régimen talibán para las mujeres afganas. «Las activistas estamos atrapadas aquí, nos escondemos en casas de amigos o familiares y no podemos salir [a la calle] por el riesgo que corremos», ha dicho Saqib a el diario El País.
Nacionalismo desbordado y la promesa de un mejor país
«No queremos que nadie se vaya del país», dijo el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid en la primera rueda de prensa del Gobierno de Facto. «Tampoco queremos que los jóvenes abandonen Afganistán. Estos son nuestros activos». De paso, aseguró que se respetarán los derechos de las mujeres, claro, dentro del marco de la Ley Islámica.
La incertidumbre apunta a que habrá un intento de éxodo masivo. Mientras Rusia y China son espectadores de una derrota más de la milicia estadounidense. Incluso, los talibanes le han dicho al gobierno ruso que «con ellos no hay problema».
Mientras tanto, hoy un grupo terrorista decidirá los destinos de seis millones de afganos. Y, sobre todo, de las mujeres que hoy temen por volver a una vida de encierro y sumisión.