La paridad es la igualdad sustantiva entre sexos y una una medida permanente que logra la inclusión de mujeres en los espacios de decisión pública. Desde 2014 es un derecho constitucional que debe ser observado y aplicado de forma horizontal. Y será responsabilidad de los órganos políticos definir las candidaturas respetando una ley que, al día de hoy, necesita ser aplicada con mayor fuerza. Para la implementación del principio de paridad de género de forma horizontal, tratándose de los titulares del poder ejecutivo local, es decir gobernadores o gobernadoras, deberá tomarse la totalidad de las gubernaturas en disputa para determinar el número paritario de candidaturas de mujeres y hombres.
Pero…¿quién es quién en las (posibles) candidatas?
Delfina Gómez, de extracción morenista, es una de las mujeres más cercanas al Presidente Andrés Manuel López Obrador. Actualmente ocupa la cartera de Educación Pública a nivel federal. Fue alcaldesa de Texcoco, diputada federal y es senadora con licencia.
Ya en las elecciones del 2017 perdió frente a Alfredo del Mazo la gubernatura del Estado de México con una diferencia que apenas rebasó el 3% de los votos. Sin embargo, su trabajo territorial y sobre todo con las diferentes bases magisteriales le permitió al año siguiente convertirse en senadora de primera fórmula derrotando en las urnas a César Camacho y…Alejandra del Moral. Al interior de Morena, a Gómez no se le identifica del todo con un grupo político, aunque los llamados puros son los que guardan más simpatía con ella y su proyecto.
Alejandra del Moral, precisamente, es otra de las cartas fuertes del priisimo estatal. En 2009 ganó las elecciones para presidenta municipal de Cuautitlán Izcalli, parte de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, equiparable en población a los estados de de Baja California Sur y Campeche, convirtiéndose en la primera mujer en ganar la alcaldía, y en la alcaldesa más joven del país. Ha ocupado en dos ocasiones la dirigencia del PRI del Estado de México.
Grupos políticos y simpatía
Desde ahí ha intentado rearmar las bases, así como los comités municipales que después de la dolorosa derrota presidencial ocasionaron no pocas fracturas entre grupos peñistas, eruvielistas y montielistas. Sin embargo, Del Moral tiene un as bajo la manga: guarda una buena relación y sabe transitar con los líderes políticos priistas mexiquenses. Se sabe que es bien vista por el actual gobernador Alfredo del Mazo y el exgobernador Enrique Peña Nieto. Además, tampoco es mal vista por un líder añejo del Estado de México: Arturo Montiel. Su verticalidad le ha permitido entablar diálogos con distintos sectores tanto económicos como ideológicos.
Pero en el montielismo hay también un interés por tener a su candidata. Y es que Ana Lilia Herrera ha sido una mujer en la política que se ha ido abriendo camino desde 2009 cuando fue alcaldesa de Metepec, para luego ir a la diputación federal y después al Senado de la República. Pero, a diferencia de Alejandra del Moral, con quien casi comparte la misma trayectoria política, su imagen no es tan popular. Incluso, para algunos sectores pasa desapercibida. Su poca aparición en medios, así como la cercanía a un polémico grupo del PRI en el Estado de México podrían ser un arma de dos filos.
Lo cierto es que la elección del 2023 será la antesala de la presidencial. Un termómetro que servirá tanto al PRI como a Morena tener un pulso real del sentimiento del electorado. Hay que decirlo: el Estado de México es el último bastión del priismo en el país. También, podría convertirse en la joya de la corona para el partido en el poder a nivel federal.
Los perfiles están. Falta ver cómo llegan las tres de aquí a que los partidos deciden si postularán, o no, a una mujer. Los dados están echados.